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La Policía Local de Málaga investiga a un hombre de 37 años y actualmente alojado de 'ocupa' en una vivienda de Churriana, como posible propietario de un criadero ilegal de gallos de pelea. Efectivos del Grupo de Protección de la Naturaleza (Gruprona) ha sido ... el responsable de llevar a cabo las pesquisas, a raíz de las cuales también sancionaron administrativamente al sospechoso por tener a un perro sin documentación ni vacunas, así como por no tener registrada la explotación de la vivienda.
La investigación comenzó en el mes de mayo, según informan desde el Área de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga. Los propios agentes observaron que el hombre había instalado en la vivienda un criadero de gallos de raza combatiente español. Tras ese primer contacto procedieron a identificarlo, tras lo que manifestó a los agentes que vivía en la casa con toda su familia desde hace cinco años, fecha en la que la ocuparon ilegalmente. Como la casa era especialmente amplia, decidió instalar el criadero de esta raza de la que es aficionado, tras lo que presentó el carnet de criador de la Federación Andaluza de Defensores del Gallo Combatiente Español (FADGCE).
Lo policías locales procedieron a inspeccionar el gallinero, comprobando que en el mismo había un perro, dos gallinas y ocho crías de pollo, junto con diecinueve gallos, de los que catorce se encontraban desplumados, mutilados de crestas o barbas, y algunos con los espolones atados para evitar su crecimiento.
Los policías preguntaron que a qué se debían esas lesiones, a lo que el investigado contestó que era «lo habitual» en la preparación de los gallos para la riña, exponiendo que las mutilaciones y demás actos habían sido realizados por él mismo, sin supervisión ni asistencia de un veterinario colegiado. En cuanto al amarre de los espolones, el hombre contó que se realiza para evitar su crecimiento y poder competir en las categorías adecuadas. Con respecto al desplume matizó que lo realizaba para que el animal se encontrase más ligero y notase menos calor durante el combate.
En una segunda visita a la explotación, llevada a cabo con el objeto de identificar y detallar las lesiones de los animales, los agentes del Gruprona detectaron que los gallos lesionados tenían las alas tatuadas. En el ala derecha se encontraba un código con el año de nacimiento seguido del número de orden de nacimiento en la explotación. En el ala izquierda estaba escrito el número de identificación del criador.
Los policías locales solicitaron el correspondiente informe veterinario de los animales al Centro Zoosanitario, en el que se hacía constar con respecto a las espuelas que se considera una práctica «prohibida». Con respecto al desplume, los expertos veterinarios concluyeron que implica un daño al bienestar del animal.
Dado que cualquier explotación ganadera con gallos de pelea debe ser registrada según la normativa autonómica, los policías locales procedieron a remitir oficio de denuncia al organismo correspondiente. Asimismo, con motivo de los «ruidos inadmisibles» que provocaban los animales, los agentes tramitaron los boletines de denuncia correspondientes a cada visita, remitiendo igualmente oficio al servicio de vigilancia sanitario ambiental por si procediese alguna otra actuación. Por último, en lo que respecta a la denuncia penal motivada por las mutilaciones de crestas y barbas, el desplume y el evitar que los espolones crecieran, los policías locales del Gruprona levantaron atestado que fue remitido a la Fiscalía de Medio Ambiente ante la posible comisión de un presunto delito de maltrato animal.
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