Sucesos Málaga
El infierno de una niña que intentó suicidarse tras ser violada por su padre y sufrir acoso escolarSecciones
Servicios
Destacamos
Sucesos Málaga
El infierno de una niña que intentó suicidarse tras ser violada por su padre y sufrir acoso escolarP. tiene ahora 20 años y está diagnosticada de síndrome de estrés postraumático por la violencia sexual que padeció desde niña. Su infancia, ese periodo que por definición debería ser el más feliz de la vida, fue un auténtico infierno. P. fue víctima de acoso ... escolar y sufrió abusos en un establecimiento. Pero «la principal causa» de que intentara suicidarse, según el tribunal, fue que su padre la violó durante años.
El progenitor, V. (mantener su anonimato es un modo de preservar el de ella), ha sido condenado a 15 años de prisión por la Audiencia de Málaga, donde ocurrieron y se juzgaron los hechos, aunque la familia se mudó después a otra provincia. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acaba de confirmar la sentencia en su integridad. Este es el relato del horror de una niña al que los jueces han dado todo el crédito.
Los abusos comenzaron en 2007, cuando ella apenas tenía 4 años. Para llevar a cabo los tocamientos, el padre se inventó el 'juego de la comidita' -en el que la tumbaba sobre él- o bien sentaba a la menor sobre sus piernas y metía sus manos entre la ropa de ella. Al parecer, la «asustaba» amenazándola con darle una paliza si se lo contaba a alguien, siempre según la resolución judicial.
Otras veces, V. se acostaba junto a su hija y, ante la negativa de la niña, le tapaba la boca con fuerza la boca para que no gritase, le presionaba con los dedos en las costillas para inmovilizarla, la agarraba de los pelos y la arrastraba, o le propinaba puñetazos por todo el cuerpo, añade el fallo.
P. tenía ocho años de edad cuando sufrió la primera violación. Su padre se iba a marchar al extranjero y ella le hizo un dibujo y se lo puso en la maleta. Al ver el dibujo, V. fue a su habitación y «se lo agradeció», dice la sentencia, agrediéndola sexualmente.
Desde aquel momento, las violaciones pasaron a ser habituales hasta que la madre de la menor interpuso denuncia por violencia de género y doméstica en abril del año 2015 -ocho años después- y dejó de convivir con V.
El caso fue juzgado el verano pasado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga, que además de la pena de prisión le impuso a V. 10 años de libertad vigilada y otros 10 de alejamiento, así como una indemnización de 150.000 euros para su hija.
El condenado, que negó los hechos, reclamó su absolución y apeló la sentencia, pero sus argumentos ha sido desestimados por el TSJA. Los magistrados han confirmado en su integridad el fallo de la Audiencia, aunque su decisión es recurrible en casación ante el Supremo.
En esta nueva resolución, a la que ha tenido acceso SUR, los jueces subrayan que la menor fue atendida por profesionales de la Fundación Márgenes y Vínculos tras sufrir un intento de abuso sexual en 2014 por parte de un hombre en un establecimiento en la provincia de Málaga.
Las psicólogas que la asistieron detectaron que la sintomatología que presentaba P. no se correspondía, por su magnitud (tuvieron que derivarla a Salud Mental), con la «nimiedad» de dicho episodio. Fue entonces cuando verbalizó por primera vez los abusos de su padre y, más tarde, durante el tratamiento, relató también las violaciones.
La defensa del acusado alegó contradicciones en el testimonio de la joven porque en su denuncia inicial no reveló las agresiones sexuales -se limitó a los abusos- y sí lo hizo en la segunda.
Para la Sala, P. «ha justificado satisfactoriamente tal discrepancia» porque «mentalmente no estaba en condiciones y albergaba sentimientos de vergüenza y culpabilidad, además de temor hacia su padre». No lo contó hasta que el tratamiento psicológico recibido durante años le proporcionó «la fuerza y la seguridad suficientes» para ello.
De hecho, la psicóloga de Márgenes y Vínculos expuso en el juicio que las reticencias de la joven a la hora de contar todo lo que le había ocurrido, detectadas desde el inicio del tratamiento, «no disminuyen su credibilidad, sino que por el contrario la acrecientan».
P. reveló a las psicólogas varios episodios de autolisis, uno de ellos especialmente grave, frustrado in extremis, que la llevó a ingresar en un hospital. El TSJA concluye, aunque el acoso escolar influyó, «la principal causa» del intento de suicidio fue la «grave situación de ansiedad» que sufría como consecuencia de las agresiones sexuales del padre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.