Borrar
Una vecina abandona su casa junto a sus mascotas ante el avance de las llamas. EP
Incendio en Málaga

Incertidumbre y tensión entre los desalojados: «Las llamas llegaron al jardín de la piscina de casa»

La mayoría de los que tuvieron que salir de sus casas decidieron pasar la noche junto a familiares o amigos, en vez de hacerlo en el pabellón dispuesto por el Ayuntamiento

JOSÉ MARÍA MARTÍN

Viernes, 10 de septiembre 2021, 02:00

Imaginen vivir en un entorno rodeado de naturaleza y a las faldas de un paraíso natural como es Sierra Bermeja y ver cómo, en cuestión de horas, el paisaje comienza a ser devorado por llamas por encima de los diez metros de altura.

Es la situación que tuvieron que sufrir los vecinos de las urbanizaciones Forest Hills y las Abejeras, de Estepona, en la noche y la madrugada del pasado jueves, ante el avance del incendio originado en los núcleos poblacionales de Genalguacil y Jubrique y que, poco a poco, se fue desplazando por las laderas de la montaña esteponera, impulsado por las fuertes rachas de viento, hasta casi alcanzar los jardines de sus viviendas.

En torno a las tres de la madrugada, la Policía y Protección Civil llegaban hasta las dos urbanizaciones mencionadas para literalmente «aporrear las puertas» y sacar de allí a los vecinos, debido a que las llamas estaban en la ladera posterior.

Pedro, junto a su familia, es uno de los habitantes de la urbanización Las Abejeras que decidió acudir al polideportivo Virgen del Carmen de la localidad, dispuesto como lugar de refugio para los afectados. Confiesa que la del miércoles al jueves fue «una noche muy larga». «Hemos vivido momentos muy tensos porque el fuego ha llegado prácticamente a las viviendas, especialmente en nuestra zona. Nos han comentado hace un rato que las llamas han llegado hasta el mismo jardín de la piscina, con lo cual se ha quedado realmente muy cerca», confesaba, superado el susto y después de haber intentado conciliar algunas horas de sueño. «Ahora estamos un poco más tranquilos porque nos han comunicado que no ha tocado las viviendas y tenemos ganas de volver a casa», relataba un Pedro al que todavía le restarían unas cuantas horas para regresar a su hogar. «Pese a que Protección Civil y Policía han estado apoyándonos en todo momento, la verdad es que ver que tu casa se quema es difícil de aliviar, por mucha gente que haya a tu lado de apoyo», señaló.

Urbanización Las Abejeras, de la que tuvieron que ser desalojados los primeros vecinos. Salvador Salas

Marcelino también vive en esta urbanización y señala que «hasta las tres de la madrugada no me enteré de nada. En ese momento llegó la policía y empezó a aporrear las puertas, así que salimos volando de allí». Momentos de premura y tensión que dieron apenas para coger los enseres mínimos y abandonar las casas. «Pude coger lo justo y salir corriendo», asegura.

Roberto y su familia, que acababan de llegar esa misma tarde de vacaciones a su segunda residencia, en la urbanización Forest Hills. «Sobre las diez y media de la noche vimos los focos de los primeros incendios detrás de la sierra pero todavía estaban muy lejos de nuestra zona. Media hora más tarde, salimos a la terraza y empezamos a oler a quemado y ver ceniza caer», relata, al tiempo que señala que, bajo su punto de vista, hubo un poco de demora en cuanto a la capacidad de reacción, que afectó por igual a vecinos y cuerpos de seguridad, «ya que, en principio, el fuego estaba muy lejos y el viento soplaba hacia el lado opuesto a nuestras casas».

Vídeo.

Poco después, la situación cambió drásticamente. «En cuestión de unas tres horas, las llamas de quince metros estaban detrás de Las Abejeras», confiesa este vecino, que decidió pasar la noche en el coche junto a su mujer, su hijo y su mascota.

José, que vive en el edificio Las Cruces, de Forest Hills, también se vio afectado aunque pudo pasar la primera de las noches en casa, pese a que confiesa el «no haber podido dormir tranquilo». Con la del día y los medios aéreos la situación pareció controlarse y pudo irse a trabajar. Al volver, en torno a las tres de la tarde, la situación había cambiado y la policía le instó a coger lo básico y abandonar la vivienda. «Me encontré que había llamas donde la noche anterior no había». José, como la mayoría de vecinos afectados, decidió pasar la noche en casa de familiares o amigos. Al cierre de esta edición, ningún vecino había conseguido volver a sus hogares.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Incertidumbre y tensión entre los desalojados: «Las llamas llegaron al jardín de la piscina de casa»