Una mala decisión tras otra aceleró la detención de dos jóvenes en el barrio malagueño de La Unión. La primera mala idea fue la de robar, presuntamente, en un establecimiento de Teatinos. La segunda, huir colándose en el metro de Málaga con un botín que superaba los 12.500 euros, siendo así descubiertos por un vigilante que, a su vez, dio aviso a la Policía Nacional.
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Sucedía el pasado viernes día 21 de octubre. En torno a las ocho de la mañana, los dos individuos, de 22 y 21 años, accedieron presuntamente a la fuerza al local de una agencia de publicidad de Teatinos. Para ello, habrían forzado la persiana metálica corredera del negocio y reventado la puerta a patadas.
Después de unos minutos revolviendo el interior, abandonaban el mismo con al menos tres maletines cargados de material informático de todo tipo. Entre cámaras, móviles, drones y demás, el valor del robo llegó a superar los 12.500 euros, según denunciaron los propietarios de la empresa ante la Comisaría Provincial de Málaga.
De ahí, los presuntos ladrones huyeron de forma apresurada hacia la estación de metro de la Ciudad de la Justicia. Al parecer, uno de ellos se coló en las instalaciones sin pagar el billete. Tomó la línea 1 y, al cabo de unos minutos, acabó siendo interceptado por un vigilante cuando se bajaba del vagón en la parada de La Unión.
El trabajador rápidamente dio aviso a la Policía Nacional para que identificase al sospechoso, manteniendo retenido al joven hasta la llegada al lugar de una dotación de agentes.
Arrestados
Además de arrestar al joven que no pagó el viaje, al que inmediatamente relacionaron con el robo, los efectivos localizaron en las proximidades de la estación a su supuesto compinche, quien portaba varios de los efectos sustraídos esa misma mañana en el establecimiento de Teatinos.
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Entre otros objetos, encontraron al chico en posesión de diverso material fotográfico, un portátil, un móvil y un iPad, quedando finalmente ambos jóvenes bajo custodia policial como presuntos autores de un delito de robo con fuerza en las cosas.
Por otro lado, los funcionarios comprobaron que uno de los sospechosos portaba un teléfono móvil cuya sustracción había sido denunciada unos días antes, concretamente el pasado 18 de octubre.
Al parecer, se trataba de un dispositivo que había sido robado con fuerza en un bar de la zona oeste de Málaga.
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