
Miguel salió por la tarde a hacer unos recados y, después, fue a visitar a su pareja. Su idea era volver a Mijas, donde vive con su madre, Sofía (ambos nombres son ficticios), pero se sintió indispuesto y finalmente decidió pasar la noche fuera. Al regresar al día siguiente se encontró a su progenitora, de 80 años, con la cara ensangrentada y magulladuras. «Le dieron una paliza que casi la matan, y todo por cuatro duros… hay que ser muy desalmado para ensañarse así con una persona mayor», denuncia el hombre en declaraciones a SUR.
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Según cuenta, nada más volver a su casa, sobre las siete de la tarde, se dirigió al dormitorio de Sofía para avisarle de que había llegado. «Tenía la entrada franqueada y me hablaba de una manera muy extraña; en ese momento me asusté pensando que había sufrido un ictus», indica Miguel. Con mucho esfuerzo, la mujer pudo avanzar hasta la puerta del cuarto y abrirla. «Me la encontré fatal, llena de sangre, con un ojo cerrado por la inflamación y muy débil», rememora su hijo, quien no puede evitar la impotencia ni la rabia.
Como pudo, la octogenaria le explicó que dos ladrones habían entrado de madrugada en su vivienda, situada en el diseminado El Hornillo. Al parecer, ella estaba acostada cuando se vio sorprendida por los sospechosos. «La estuvieron presionando para que les dijera si tenía dinero y dónde, pero yo conozco a mi madre… es firme y no soltó ni prenda», agrega Miguel. Ahí empezó la ristra de golpes. «Parece que fue uno el que cometió la agresión mientras el otro vigilaba; no puedo imaginar el vía crucis que pasó la pobre», lamenta.
Aunque Miguel fue la primera persona que la encontró, dio la casualidad de que, un rato después, un operario se acercó al domicilio para entregar a Sofía su carnet de jubilada tras renovarlo. Él fue quien dio aviso a la Policía Local de Mijas y a los servicios sanitarios. Al cabo de unos minutos una dotación de agentes de paisano se personó en el inmueble, donde comprobaron que la octogenaria presentaba varias heridas, principalmente en la cara, a causa de la agresión.
Una ambulancia trasladó a la anciana de urgencia al Hospital Costa del Sol de Marbella. Sofía lleva hospitalizada desde esa misma tarde, la del 19 de marzo, aunque posteriormente fue derivada al Hospital Civil de Málaga, donde será sometida a una cirugía maxilofacial en los próximos días. «Gracias a Dios que ha sobrevivido y que pudo aguantar el mal rato…resistió como una jabata», señala Miguel.
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De acuerdo con el hombre, lo único que ha echado en falta del domicilio son tres zorros disecados que pertenecían a su padre, fallecido en 2011. «Eran muy bonitos y en fin, tenían para nosotros un valor sentimental, pero la casa parece que ni la revolvieron», apunta. Lo importante, agrega al respecto, es que su madre se recupere pronto del susto vivido y que lo ocurrido sirva para que haya más vigilancia en su zona. «Nunca nos ha pasado algo tan extremo, pero esta no es la primera vez que vienen a robar», zanja.
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