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La Guardia Civil ha asestado en Alhaurín el Grande el mayor golpe en Europa contra el tráfico ilegal de óxido nitroso, más conocido como gas de la risa, un producto que se vende para uso anestésico o en repostería, pero que se ha puesto de moda en zonas de ocio como la Costa del Sol.
La investigación se inició en febrero, cuando agentes del Instituto Armado tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo de personas dedicadas a realizar «actividades ilícitas» en una nave industrial del polígono 'La Rosa' en Alhaurín el Grande, según informó la Guardia Civil.
Los investigadores comprobaron que la nave estaba siendo utilizada para almacenar botellas de óxido nitroso. En las vigilancias, observaron cómo llegaban numerosos vehículos de alquiler en horas nocturnas, aprovechando la inactividad comercial en el polígono para no ser detectados.
En esos vehículos, según la investigación, cargaban las botellas de óxido nitroso para posteriormente distribuirlas en locales de ocio nocturno de localidades costeras de la provincia de Málaga para su consumo en fiestas.
Para evitar la acción policial, estos individuos utilizaban un vehículo lanzadera en sus desplazamientos para avisar de los posibles controles policiales establecidos y asegurar el transporte de la mercancía.
En el registro de la nave fueron intervenidos 21.302 litros de óxido nitroso en botellas de diferentes capacidades y cartuchos metálicos. Es, según la Guardia Civil, la mayor intervención en Europa de este tipo de sustancia.
En total, han sido detenidas cinco personas de diferentes nacionalidades por un delito contra la salud pública. Uno de los detenidos contaba con numerosos antecedentes por otros delitos similares.
El óxido nitroso, conocido como 'el gas de la risa', se ha convertido en una droga de moda en Europa, barata y popular entre los jóvenes, pero su consumo puede dar lugar a graves secuelas, como informa el Ministerio de Sanidad en un informe dedicado a explicar los peligros de esta sustancia.
Entre otras complicaciones, lleva asociado el riesgo de asfixia debido a su naturaleza de gas licuado comprimido. Al funcionar como anestésico disociativo, también puede provocar alucinaciones, vocalización incontrolada, alteraciones de la percepción, desorientación espacial y temporal o reducir la sensibilidad al dolor.
Del mismo modo, puede derivar en graves problemas de salud, especialmente si provoca la falta de oxígeno al cerebro. Entre otras consecuencias, puede dar lugar a desmayos o, incluso, a paradas respiratorias. El consumo continuado, además, puede dañar la médula espinal y llegar a provocar la muerte.
Si se utiliza esta sustancia durante varios días seguidos o de manera intensa en una sesión se produce una disminución de los niveles de la vitamina B12 en el organismo. Este déficit tendría como consecuencia la aparición de problemas neurológicos y cognitivos.
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