Gessica Notaro: «Aún me pregunto cómo alguien a quien he querido tanto me ha hecho algo tan horrible»

Han pasado cuatro años desde la agresión que sufrió y todavía libra una dura batalla para recuperarse, tanto física como mentalmente. Al otro lado del teléfono es fácil palpar su fuerza, valentía y coraje. Trabaja cada día para seguir adelante, «para no mandarlo todo a la mierda», aunque hay cosas que no logra entender. «Aún me pregunto cómo alguien a quien he querido tanto me ha hecho algo tan horrible».

De madre argentina y padre italiano, el mundo de las pasarelas y el espectáculo siempre le gustó. Hizo carrera en él e incluso llegó a ser finalista del concurso miss Italia en 2007. Pero nunca dejó de lado su otra pasión, el cuidado de los animales. La joven vivía en Rímini, una ciudad turística de la costa adriática, donde trabajaba como adiestradora de delfines y leones marinos en un acuario.

Fue en esta localidad donde conoció a Edson Tavares, su agresor. Él había llegado a Italia procedente de su Cabo Verde natal unos años atrás. Tuvo un hijo con otra mujer en el país transalpino y, al acabarse esta relación, entró en la vida de la modelo.

Pronto «hizo que todo se volviera un infierno». Gessica lo recuerda «como un cáncer»: «No me pegaba, pero me maltrataba psicológicamente. Fue muy duro, un moratón puede irse, pero él me hacía sentir muy mal, no tenía fuerzas para acabar con la relación».

Aguantó tres años, hasta que reunió «el coraje» para dejarlo. «Él no lo aceptó y empezó a acosarme durante ocho meses. Me seguía a todos lados, me llamaba por teléfono y me esperaba en el trabajo o en mi casa. Tenía mucho miedo», relata la joven, que ahora tiene 31 años.

Gessica recuerda que Edson la amenazó muchas veces: «Me decía que iba a arruinarme la vida sin ponerme una mano encima. Lo consiguió. Bueno, lo intentó», rectifica. «Soy fuerte, una luchadora, y no voy a dejar que logre su objetivo».

El caso de la modelo y el de Sandra –que ha sido atacada, junto a su amiga Cristina, con ácido en Cártama esta semana– guardan un cierto paralelismo que da vértigo. Coincide la edad de las víctimas y la fecha de la agresión. Edson tuvo una relación previa con otra mujer y atacó a Gessica después de que ella lo dejara. Lo mismo que habría sucedido en la localidad malagueña.

«Edson me atacó al enterarse de que tenía una nueva pareja», explica. Conducía el coche de vuelta a casa, cuando, tras aparcar y bajarse del vehículo, él se acercó. Cumplió su promesa. No la tocó, no le puso una mano encima, pero le arrojó a la cara el ácido que llevaba en una pequeña botella. Intentó arruinarle la vida, tal y como le había prometido.

Edson la hundió aún más en ese pozo en el que había convertido la vida de la modelo: «Caí en un abismo por el inmenso dolor físico, pero sobre todo por el psicológico. Me preguntaba todos los días por qué me había hecho un daño tan grande, nadie merece eso».

En estos cuatro años que han pasado desde el ataque, Gessica ya se ha sometido a más de media docena de operaciones. Cada una de estas intervenciones es un paso más en su recuperación, en su particular victoria sobre Edson: «Todavía me quedan muchas, pero ya he recuperado la visión en el ojo derecho y ahora trabajo para que ocurra lo mismo con el izquierdo. Está ahí, vivo, solo estoy a la espera de que se pueda hacer un trasplante de córnea».

Recuerda la primera vez que se enfrentó al espejo tras el ataque con ácido. «Fue muy difícil», confiesa. Al principio «parecía imposible, algo que no conseguiría hacer nunca más con normalidad», admite. Pero entonces se escucha su sonrisa al otro lado de la línea de teléfono. Hace una pequeña pausa en la entrevista, toma aire e insiste con fuerza: «Ahora, cuando me miro, me veo linda, me gusta mi cara, me gusta todo».

Pregunta por Sandra y su amiga Cristina. «Porca miseria –santa mierda en italiano–». Estas palabras le salen del alma, Gessica les envía su apoyo y confiesa que, cuando mejoren, le encantaría hablar con ellas, transmitirles su fuerza. Ese es precisamente –asegura– el secreto para recuperarse tras una agresión de este tipo: «Tener fuerza es la única solución para seguir adelante. Es muy importante ser positiva para salir de este infierno».

Gessica continúa librando su batalla, mientras Edson se encuentra en prisión con una condena a 15 años de cárcel por estos hechos. «Aun así, sigue negando que fuera él. No tiene vergüenza, ese es el problema de este tipo de personas, no tienen vergüenza», apunta. Aunque ha mejorado mucho, no deja de darle vueltas en la cabeza a la misma pregunta: «Cómo alguien a quien he querido tanto me ha hecho algo tan horrible». Algún día le gustaría hablar con el maltratador para que le diera una explicación. «Pero necesito más tiempo, aún no estoy preparada», concluye.