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La historia empezó donde lo hacen tantas otras movidas de adolescentes: en Internet. Las dos se conectaban para jugar online a la consola y conversaban a través del chat de un videojuego. Así empezaron a conocerse -hace ya un año- y también a urdir un ... plan que casi acaba en fuga internacional, aunque donde realmente terminó fue en un hotel de Málaga, del que una de ellas salió con los grilletes puestos.
El 16 de enero, como cada día, una menor de 14 años salió de su casa en la localidad de Berja, en el poniente almeriense, para dirigirse al instituto. Esa tarde no volvió y sus padres, preocupados, se pusieron en contacto con el centro, donde se les informó de que la adolescente había faltado a clase.
La familia acudió al cuartel de la Guardia Civil y presentó una denuncia a las 20.30 horas de ese mismo día por la desaparición de la menor. Los agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Benemérita tiraron del manual: entrevistarse con el entorno de la joven e inspeccionar su cuarto y su ordenador.
Las dos actuaciones condujeron en un mismo sentido. Las amigas de la menor confesaron a los agentes que podía estar con una amiga extranjera. La carta de despedida hallada en su casa y el rastro que había dejado en Internet lo corroboraban. Planeaba fugarse.
Según la reconstrucción realizada por la Guardia Civil, su amiga de Internet, una joven polaca de 19 años, viajó hasta Berja para reunirse con ella y fugarse. Juntas, se desplazaron hasta Málaga con la intención de coger un vuelvo, pero se toparon con un inconveniente que no esperaban: la menor necesitaba autorización de sus tutores legales para poder salir del país.
Las dos chicas abandonaron el aeropuerto y se dirigieron a un hotel de la capital malagueña donde pensar el siguiente paso que ya no darían. Porque allí las encontró la Guardia Civil, que detuvo a la mayor de edad y custodió a la menor hasta devolverla a su casa, con su familia. Las localizaron el 19 de enero, tres días después de la huida.
La joven polaca fue arrestada inicialmente por los supuestos delitos de agresión sexual e inducción al abandono del hogar. Sin embargo, la sospecha de un móvil sexual se desvaneció en el juzgado. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía informó de que no existía tal delito y matizó que la causa se limitaba a la inducción de abandono.
Finalmente, se celebró un juicio rápido este pasado sábado por el trámite de diligencias urgentes. La joven polaca reconoció los hechos y aceptó el relato acusatorio de la Fiscalía de Almería. Fue condenada a seis meses de prisión y a dos años de alejamiento, aunque al tratarse de una conformidad la pena quedó reducida en un tercio, es decir, cuatro meses de cárcel y 16 de prohibición de acercarse o comunicar con la víctima.
La desaparición, que tuvo una importante repercusión mediática, tuvo un desenlace feliz. Pero deja una moraleja que la Guardia Civil repite como un mantra: «Nuevamente se alerta a la población sobre la necesidad de la utilización de Internet con seguridad, dado el anonimato que las tecnologías propician a veces, respecto a las reales intenciones de quienes las utilizan. Sensibilizar tanto a mayores como menores del uso que se hace de las tecnologías y comunicaciones».
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