La Fiscalía pide más de 50 años de prisión para 'El Melillero' por el ataque con ácido en Cártama

Los hechos ocurrieron en enero de 2021. Según el Ministerio Fiscal, 'El Melillero', "con la finalidad de atentar contra su vida, causándole el dolor más extremo y con expreso desprecio a su género femenino, siendo su último fin de humillación, dominación, subordinación y cosificación rubricando con su acto programado de un dolor extremo antes de acabar con su vida y la de su acompañante", ideó un plan preconcebido ( tanto en la ejecución como en la evasión posterior ) que acabó el lanzamiento del ácido sulfúrico contra su expareja y una amiga.

De hecho, en el escrito de acusación se precisa de forma bastante concreta qué sucedió en los días previos al ataque, en el que participaron otra serie de personas que también están incluidos en la causa. Tal como describe la Fiscalía, los procesados pertenecen a una organización criminal dedicada principalmente al tráfico de drogas y ocasionalmente a delitos contra el patrimonio. En ella, ‘El Melillero’ -también conocido como ‘El Negro’- actuaba en funciones de jefe, mientras que los demás procesados cumplían sus órdenes. En esta estructura, matiza el fiscal, el procesado A. K. es el que actúa como su “mano derecha”.

Para la Fiscalía, esta organización criminal les permitía a todos ellos gozar de un “buen nivel de vida”, a pesar de que no constaba que trabajaran de forma legal. De hecho, considera acreditado que el hecho de vivir bajo el abrigo de esta organización “facilitó” la ejecución de los hechos, así como las circunstancias posteriores como la ocultación de las pruebas. “Todos ellos eran conocedores del plan de su jefe y realizaron las labores necesarias y distintas para llevarlo a cabo”, recalca el escrito.

Tal como se describe en el relato de los hechos, el Ministerio Fiscal sostiene que en torno a las 14.10 horas del 12 de enero de 2021, ‘El Melillero’ conducía un vehículo en el que iba de copiloto otro de los procesados, J. J. G. R. -también conocido como ‘Poti’. Dentro de ese vehículo portaban un litro de ácido sulfúrico de una pureza del 98 por ciento; una sustancia que el segundo arrojó dentro del vehículo en el que viajaban las dos víctimas después de que se lo ordenara ‘El Melillero’.

El Fiscal relata que ‘Poti’ atendió la orden de su jefe, arrojando el ácido a través de la ventanilla del conductor, donde estaba sentada la expareja del principal procesado. Eso habría provocado en ellas “sendas y graves quemaduras”, teniendo que salir del habitáculo cerrado para evitar la asfixia por el ácido, “en tanto que el procesado J.A.D.N. (‘El Melillero’) se reía y miraba asegurándose del resultado que había previsto”, señala.

Acoso y amenazas

Más allá de la descripción de los hechos del día de la agresión, la Fiscalía también enumera en su escrito otra serie de actuaciones previas que demostrarían -en su criterio- la comisión de otro tipo de delitos, como el de acoso, amenazas y malos tratos. Según el escrito, un día antes de la agresión el principal acusado se encontró con las dos víctimas, inquiriendo a su expareja que bajara la ventanilla del vehículo. Ésta se asustó y se negó a hacerlo, por lo que ‘El Melillero’ la habría supuestamente amedrentado señalando a su amigo con estas palabras: “Éste se va a encargar de ti, te va a matar”, tras lo cual el procesado J.J.G. se llevó la mano al cuello, “haciéndole la señal de rajárselo por lo que ambas sintieron mucho miedo de permanecer en el lugar y se fueron en un taxi”, relata el fiscal.

En otro episodio en un día no determinado anterior y próximo al día de la agresión, ‘El Melillero’, siempre según el relato del Ministerio Fiscal, coincidió en una gasolinera con la víctima, a la que le dijo: “Te voy a matar, te voy a hundir la vida , te voy a destrozar la cara tan bonita que tienes. Lo juro por mi hijo”.

Además de estos capítulos complementarios al día de la agresión -y que corroboraría el relato de la Fiscalía de que además del intento de asesinato existieron también delitos de acoso, amenazas y malos tratos- el escrito también hace referencia a la compra del ácido por un precio de 20 euros, así como a la manera en la que encontró a la víctima. Según afirma el fiscal, y siempre “con la finalidad de atentar contra la intimidad de su expareja y su amiga”, ‘El Melillero’ habría colocado, sin el consentimiento y sin conocimiento de éstas, dos balizas de geolocalización en la parte baja de sus respectivos vehículos “para controlar sus movimientos”.

Por todos estos hechos, el Ministerio Fiscal pide para el principal acusado 51 años y medio de prisión, divididos de esta forma: dos delitos de asesinato en grado de tentativa (17 años de cárcel por cada uno); uno de pertenencia a organización criminal (7 años), dos de amenazas graves (2 por cada delito), otros dos de acoso (2 años por cada uno de ellos) y un delito de maltrato habitual, que implica otros 30 meses de prisión. Aunque varían algunas de las otras peticiones, la Fiscalía mantiene los 34 años de prisión (los dos intentos de asesinato) para los otros cuatro procesados en al causa.

Asimismo, pide que los procesados, conjunta y solidariamente, indemnizarán a la expareja de ‘El Melillero’ por lesiones y secuelas en la cantidad de 1.133.401,28 de euros, y otros e 312.522,22 a la amiga de esta.