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C. Morán y J. Cano
Granada
Domingo, 22 de septiembre 2024, 16:47
El 22 de diciembre de 2020, J. H. estaba resfriado y llevaba varios días sin salir de casa. Mientras aguardaba a que terminase el sorteo de Navidad de la Lotería Nacional, decidió ir a andar por los alrededores del cementerio de Santa Fe, su pueblo, para sacudirse el aburrimiento, según detallaron a IDEAL fuentes judiciales. Él no podía saberlo, pero era el último paseo que iba a dar en su vida.
Cuando caminaba cerca del camposanto, recibió una llamada de su familia e iniciaron una conversación que acabaría de forma abrupta. De repente, alguien gritó: «¡Alto, Policía!». Sus parientes escucharon la voz alterada de J. H. y un forcejeo. Luego, el silencio. Varios individuos habían arrastrado a la víctima hasta el interior de una furgoneta y partieron en dirección a Huétor Santillán.
Al otro lado del teléfono, cundió la alarma entre sus allegados. Pronto empezaron a temerse lo peor: J. H. había sido secuestrado mientras hablaban con él.
Veinte horas después del rapto, ya el día 23 de diciembre de 2020, unos ciclistas aficionados hallaron su cadáver cerca de la A-92, en las estribaciones de la Sierra de Huétor Santillán. Tenía las manos y los pies atados y presentaba numerosos golpes en la cabeza. Los asesinos también le habían tapado la boca con cinta americana, según la información facilitada por el abogado Carlos Aránguez, que ejerce la acusación particular por encargo de la familia del fallecido.
Estos hechos ocurrieron hace casi cuatro años y el caso, aparentemente, había caído en el olvido. El paso del tiempo siempre es un escollo para la resolución de los crímenes.
Sin embargo, la Guardia Civil de Granada y el juzgado que asumió las pesquisas no habían dado carpetazo a la detención ilegal y la violenta muerte de J. H. La noticia fue cayéndose de los titulares a medida que transcurrían los meses, pero la investigación permanecía viva.
En este sentido, el asesinato de Huétor Santillán volvió a emerger a la actualidad esta misma semana que ya termina. Fue el letrado Aránguez quien difundió un comunicado en el que daba cuenta de la detención de un individuo, en la localidad malagueña de Mijas, por su presunta relación con lo sucedido en el municipio granadino de Huétor Santillán en 2020.
El arrestado, de nacionalidad extranjera, ingresó en prisión tras comparecer en el juzgado encargado de la instrucción. Un automóvil de la marca Jaguar, que, al parecer, fue utilizado en el secuestro, y un teléfono 'pinchado' propiciaron la captura del sospechoso, señalaron las fuentes consultadas por este periódico. Presuntamente, el encarcelado habría mantenido varios contactos a través del móvil con otras personas que estaban bajo el foco de la Guardia Civil por su vinculación con el rapto y asesinato de J. H.
Tras hacerse pública la detención de Mijas, IDEAL desveló que, el pasado mes de julio, la Benemérita había puesto a disposición judicial a otros tres hombres que, supuestamente, habían tenido alguna participación en los dramáticos acontecimientos ocurridos entre los pueblos de Santa Fe y Huétor Santillán. No obstante, los tres, todos ellos extranjeros, quedaron en libertad con cargos.
La investigación del caso fue declarada secreta y así ha permanecido hasta el pasado mes de mayo de este mismo año. Esa decisión favoreció que la Guardia Civil pudiera trabajar con absoluto sigilo, aunque el caso no está cerrado.
El cuerpo del fallecido fue encontrado por una pareja de ciclistas en un paraje campestre próximo a la autovía A-92 (en las faldas de la Sierra de Huétor Santillán) alrededor de las diez de la mañana del 23 de diciembre de 2020.
Tenía las manos y los pies atados, estaba amordazado y presentaba signos evidentes de violencia.
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