Suele ir por otra carretera, pero el pasado miércoles decidió coger la A-7203 para emprender su trayecto diario desde Villanueva del Trabuco a Archidona, municipio en el que trabaja. El mismo trayecto que cada día siguen los estudiantes del pueblo para cursar sus estudios ... de Bachillerato. Cristóbal Moreno circulaba a unos 400 metros del autobús que lleva a los jóvenes cada mañana al centro educativo, partiendo a las 7.30 horas del pueblo donde residen. «A unos dos kilómetros de dejar el pueblo detrás, en una salida de una curva me di cuenta de que el autobús estaba completamente volcado, automáticamente puse las luces de emergencias y corrí al lugar del accidente para ver qué me encontraba», cuenta a SUR el testigo de los hechos, quien además es padre de una de las adolescentes que iba en el autobús.
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El mayor miedo del vecino al acercarse al autobús era que se hubiera roto alguna ventanilla y hubiera algún niño atrapado entre el cristal y la tierra. «Gracias a Dios, cuando llegué vi que no había ningún cristal roto y me tranquilizo al ver que estaban todos los niños dentro del autobús sanos y salvos, incluida mi hija», detalla. En el trayecto de media hora que los jóvenes hacen cada día, suelen ir adormilados e incluso escuchando música. «Algunos de ellos ni siquiera se dio cuenta, se despertaron con los gritos de sus compañeros al caerse sobre el resto de sus compañeros justo al volcarse el vehículo», explica Moreno.
El autobús volcó sobre el lado donde están las dos puertas, por lo que los jóvenes y el conductor tenían que encontrar otra manera de salir, ya que estas estaban pegadas al suelo. «Cogieron el martillo para romper la ventana de emergencia, que finalmente se rompió con las patadas de una de las jóvenes, yo me acerqué a ayudarles, pero tuvieron que arrastrarse para salir el autobús», cuenta el padre. Una vez salieron del vehículo accidentado, las reacciones fueron diversas. Según explica moreno, algunos se abrazaban llorando por el mal rato, sin embargo, otros decidieron hacer vídeos para tener recuerdos de ese momento.
En la zona, hay muchos cultivos de espárragos, por lo que aquellas personas que se dedican a recogerlos, fueron las encargadas de llamar a la Guardia Civil. «Yo no llevaba ni cinco minutos secando niños cuando rápidamente llegaron para socorrer a los niños y hacer las pruebas pertinentes, además de dirigir el tráfico, en una zona que estaba colapsada por estar cerca de un polígono industrial», apunta el testigo de los hechos. Lo que más le impactó a Moreno es que no fue hasta que quedaban siete niños dentro del vehículo cuando se percató de que su hija estaba en el interior del autobús al escuchar su voz, ya que no sabía si iba en este vehículo u otro de los que dispone la empresa Viajaenminibus para el trayecto diario al instituto.
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«Hay que mirar el accidente desde la perspectiva de un adolescente, mi hija me dijo que se le había pasado toda su vida por delante», asegura Moreno. Las pruebas realizadas por la Guardia Civil demostraron que el conductor iba a 51 kilómetros por hora, por lo que la causa del accidente fue una pérdida del control del vehículo al resbalar en la hierba que hay tapando el arcén de la carretera comarca. «Las carreteras de Villanueva del Trabuco ya no tienen ni arcén, están en muy malas condiciones, es necesario que se remodele, ya que son muchas personas las que pasan por ahí a diario y esto nos podría haber pasado a cualquiera», señala el dueño de la empresa de autobús, José Luis Navas.
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