Espectacular persecución de un helicóptero de Aduanas a una 'narcolancha' en el Puerto de la Duquesa de Manilva

Con gran pericia, el piloto de un helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera hace una cabriola, gira 180 grados y se coloca frente a una embarcación semirrígida, a pocos metros del agua. La narcolancha, con tres motores fueraborda de alta potencia, se ve obligada a maniobrar para abandonar las aguas del Puerto de la Duquesa de Manilva, donde pretendían avituallarse.

La espectacular persecución se produjo este domingo, y finalizó con los tripulantes de la embarcación ilegal escapando. Sin embargo, la operación fue un éxito: según fuentes consultadas, en el puerto había individuos esperando a la semirrígida para abastecerla de alimentos y otros bienes necesarios para permanecer en alta mar a la espera de llevar a cabo los alijos.

La aeronave de Aduanas llevaba varios minutos persiguiendo a la embarcación y había solicitado apoyo terrestre para frustrar sus maniobras. Los tripulantes decidieron no arriesgar y abandonaron las aguas cerradas de la Duquesa, todo ello mientras varios testigos contemplaban la escena –y la grababan con sus teléfonos móviles–.

Según las fuentes consultadas, no hay constancia de que esa embarcación portase droga: todo apunta a que únicamente cargaban combustible, presumiblemente para la parte logística de los alijos.

Ahora se investiga si estas maniobras están relacionadas con una operación que el Servicio de Vigilancia Aduanera llevó a cabo el día anterior (sábado) en el Puerto Atunara de La Línea de la Concepción. Allí se aprehendieron de varias garrafas de gasolina que los tripulantes de una narcolancha habían arrojado durante su huida. Además, los investigadores consiguieron intervenir una semirrígida que permanece requisada.

Este mismo fin de semana se produjo otra actuación en el puerto de Manilva. Allí, Policía Local y Guardia Civil sorprendieron a varios individuos que estaban tratando de repostar una embarcación en la que había más de 30 petacas de gasolina –en las imágenes recopiladas por SUR se aprecia a varios jóvenes intentando arrancar una lancha y escapando finalmente a nado–.

Estas actuaciones se producen en un contexto convulso para los narcotraficantes: la pandemia dificulta la parte logística a la vez que la presión policial les obliga a trabajar con la mayor precisión posible para garantizar el éxito de los alijos.