Dos hombres se reúnen en una céntrica cafetería de Marbella. Ellos no lo saben, pero la Policía Nacional vigila sus movimientos. El operativo se basa en la discreción. Cuatro agentes entran en el establecimiento, los abordan y los inmovilizan sin dejarles margen de reacción, ... ya que saben que uno de ellos puede ir armado. Hasta aquí llegó el plan.
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Los detenidos son un supuesto sicario y un mediador que, presuntamente, ultimaba con él los detalles del plan para acabar con la vida de una persona. El precio acordado, 15.000 euros, según la investigacion policial, que frustró la supuesta conspiración para el asesinato y que acabó con el arresto de otras dos mujeres. Una de ellas fue detenida en un hotel marbellí y la otra, en Badajoz.
Los dos primeros arrestos se produjeron el pasado diciembre, si bien las pesquisas han continuado en secreto hasta ahora. Las detenciones sorprendieron a los clientes de la cafetería, que a esa hora, sobre las 11.30, se encontraba repleta, según los testimonios recabados por este periódico.
Los agentes iban con la cara descubierta, chalecos antibalas y con las armas en la mano. A pesar de que dieron voces avisando de que eran policías para intentar tranquilizar a los clientes, la mayoría huyó a la carrera. Por un momento pareció reinar el caos.
Los dos detenidos, que ocupaban una mesa en el interior del establecimiento, también se vieron sorprendidos por la acción policial. Fueron rápidamente reducidos, esposados y conducidos al fondo del local, que en cuestión de segundos se llenó de policías. Los que habían actuado en primer lugar se cubrieron con pasamontañas mientras sus compañeros intervenían los móviles y el resto de las pertenencias de los detenidos.
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Según ha podido saber SUR, a uno de los arrestados se le intervino una pistola que resultó ser de aire comprimido. Además, los agentes se incautaron de 700 euros en efectivo en esa actuación. La hipótesis policial es que esa suma era un adelanto para viajes y otros gastos derivados de la ejecución del plan, por el que el supuesto sicariorecibiría una contraprestación de 15.000 euros, una vez cometido el asesinato.
La operación que llevó hasta ellos se cocinó en secreto en los despachos de la Udyco en Marbella. Los investigadores han descubierto que una pareja, ambos de unos 30 años, habrían recibido el encargo de un tercero de acabar con la vida de un ciudadano de origen centroamericano que reside en Marbella.
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Según las pesquisas, la pareja habría contactado a su vez con una mujer que vive en Badajoz, a la que habrían pedido que buscase a un sicario capaz de cometer el asesinato por la suma de 15.000 euros. El papel de esta última habría sido encontrar a una persona aparentemente dispuesta a llevar a cabo el crimen y ponerla en contacto con la pareja.
El plan inicial, que se concretó en la reunión frustrada por la policía, era supuestamente atraer a la víctima con una excusa relacionada, al parecer, con el pago de una suma de dinero para un negocio. Según las fuentes consultadas, la banda manejaba «bastante» información sobre el objetivo y sobre sus hábitos de vida.
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Ante lo «inminente» del plan, los agentes decidieron intervenir y detener a los dos hombres y a las dos mujeres que habrían recibido el encargo del crimen, entre los que se encontraría el supuesto sicario. Se les detuvo por su supuesta implicación en el delito de conspiración para el asesinato.
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