Detenido por perseguir a un camión de Limasam porque no quisieron ayudarle a fingir un accidente

Los hechos sucedieron a las dos de la madrugada del sábado al domingo justo enfrente de la Comisaría Provincial. Fueron los propios trabajadores de Limasa quienes alertaron a una patrulla con la que se cruzaron. Según les contaron a los agentes, les estaba persiguiendo un coche haciendo maniobras agresivas, las cuales ponían en peligro no solo su integridad, sino también la del resto de usuarios de la vía. Al parecer, había llegado incluso a cerrarles al paso contra la mediana para obligarles a detenerse.

Los empleados del servicio de limpieza explicaron a los policías locales que el conductor se paró unos minutos antes y les contó que había dañado su coche en una rotonda. Según la versión de éstos, el individuo les dijo que su padre también trabajaba en Limasa y les pidió como favor que le dieran el seguro de responsabilidad civil del camión para dar parte y poder arreglar su vehículo sin coste. Es decir, que fingieran un accidente.

Sin embargo, los trabajadores se negaron y él no se lo tomó bien. Se inició entonces una discusión entre ellos y el conductor del camión acabó llamando a la Policía Local. Ante el relato de los empleados del servicio de limpieza, los agentes decidieron hacerle la prueba de alcoholemia al joven, que a partir de ese momento comenzó a mostrarse agresivo incluso hacia los funcionarios. De hecho, habría intentado dar un cabezazo a uno de ellos, pero logró esquivarlo. Aun así, hubo un forcejeo entre el sujeto y el policía, que sufrió lesiones.

Los agentes tuvieron que reducir al individuo y detenerlo por el presunto delito de atentado a la autoridad, amén de la posible calificación jurídica que tengan los hechos descritos por los trabajadores de Limasa. A continuación, lo condujeron a las dependencias del Grupo de Investigación de Atestados y Accidentes de Tráfico (GIAAT), donde se le sometió a la prueba de alcoholemia. Dio un resultado de 0,70 y 0,73 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, es decir, casi el triple del máximo genérico permitido (0,25) para los conductores, salvo profesionales y noveles, que es de 0,15.