Sucesos Málaga

Detenido por asesinar a su pareja y ocultar el cadáver con cañas en un arroyo en Málaga

Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional han esclarecido el asesinato de la joven ucraniana Anastasiia Kovalenco, de 28 años, cuyo cadáver fue hallado el pasado septiembre en un arroyo de Málaga capital.

Los investigadores han detenido a un hombre de 43 años y de nacionalidad española como presunto autor del crimen. El arrestado, que siempre fue el principal sospechoso y que ha confesado los hechos en comisaría, mantenía una relación sentimental con la víctima.

El hallazgo del cadáver se produjo el 24 de septiembre de 2023. El cuerpo de la víctima estaba momificado en el lecho del arroyo 'Pocapringue', en las inmediaciones del polígono La Huertecilla de la capital malagueña.

La Policía Nacional encontró el cuerpo durante un dispositivo de búsqueda para localizar a la joven, cuya desaparición había sido denunciada a principios de septiembre por su familia a través del Consulado de Ucrania dada la imposibilidad de contactar con ella.

El cuerpo de la mujer estaba tapado bajo una manta y oculto con juncos, lo que permitió que pasara inadvertido durante algún tiempo. Al parecer, presentaba un fuerte golpe en la cabeza y heridas de arma blanca.

Dado su estado de avanzada descomposición, la plena identificación de la víctima se demoró en el tiempo, hasta que los agentes pudieron confirmar que se trataba de la joven desaparecida.

Las investigaciones policiales situaron como principal sospechoso al ahora detenido, con quien la víctima mantenía una relación. Al parecer, convivían en una especie de choza en la zona del Tarajal.

De acuerdo con las pesquisas, la policía estima que la mujer habría sido asesinada por el arrestado a principios del mes de agosto, tras lo que el hombre presuntamente se deshizo de su cuerpo ocultándolo en un cañaveral.

Los agentes de Homicidios han detenido también a dos hombres del entorno de la víctima, de 23 y 33 años, por presunto encubrimiento. La Policía cree que estos últimos serían conocedores del asesinato y, pese a haber prestado declaración, habrían faltado a la verdad y omitido información de forma intencionada y maliciosa. La propia labor investigadora desvirtuó las coartadas de los sospechosos, que, en el caso del autor material, terminó confesando el crimen en sede policial.

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