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El cadáver fue hallado en Chiclana de la Frontera. La víctima, un hombre de mediana edad, tenía un disparo en la cabeza. A escasos metros, el coche en el que probablemente había llegado hasta allí era pasto de las llamas. A todas luces, un ajuste ... de cuentas.
La investigación, de la que se ha hecho cargo la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cádiz, tiene relación con Málaga. Porque, según ha podido saber SUR, la víctima residía en la provincia. De hecho, su desaparición había sido denunciada en Fuengirola.
El hombre, de origen magrebí y vinculado a Holanda, vivía en la localidad malagueña de Mijas, según las fuentes consultadas por este periódico. Al parecer, entre el 14 y el 15 de enero -día en que se localizó su cadáver- se desplazó a Chiclana en un coche de alquiler.
La posición en la que fue hallado el cuerpo parece propia de una ejecución. El cadáver estaba a pocos metros del automóvil, al que prendieron fuego en un claro intento de destruir pruebas.
Una mujer que salió a pasear con su perro por la zona de Pago del Humo, encontró el cuerpo de la víctima el sábado 15 de enero y avisó a los servicios de emergencias, que nada pudieron hacer por su vida.
Cuando identificaron al finado, los investigadores descubrieron que su desaparición había sido denunciada por una persona de su entorno en la comisaría de la Policía Nacional en Fuengirola.
Ahora, la investigación se centra en el entorno del fallecido en busca de enemigos. Los agentes tratan de reconstruir sus últimos días de vida para averiguar por qué acudió ese día a Cádiz con la esperanza de que esa pista pueda conducir a los autores del crimen.
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