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Kate llegó desde Escocia hace varios días para pasar unas vacaciones con su familia en Málaga. Este sábado, de madrugada, tuvieron que cambiar su villa en Pinos de Alhaurín por el polideportivo El Limón de Alhaurín de la Torre, espacio que el Ayuntamiento ha habilitado para los desalojados por el incendio de la Sierra de Mijas. «Nos pilló de sorpresa, de repente llegó la policía y nos dijo que teníamos que abandonar la casa. Es un momento complicado, esperamos que se solucione lo antes posible», contaba la turista escocesa, que visita España junto a toda su familia. «En total somos seis adultos y tres niños, todos hemos pasado la noche aquí».
Mientras jugaba con su hijo, Kate relataba a SUR cómo se produjo el desalojo. «Cogimos algunas cosas y ropa y nos fuimos de allí, la policía nos dijo que era peligroso y que el fuego estaba cerca. Nos explicaron que podíamos venir a este pabellón, que estaría habilitado para todo el que quisiera y lo necesitara». Aunque ya ha visitado Málaga antes, es la primera vez que lo hace con sus hijos. «Eso es lo más complicado, hay que entretenerlos para que no lo pasen mal».
El viaje de Kate y su familia estaba programado para regresar a Escocia el lunes 18 de julio, pero se mantienen en una constante incertidumbre al no saber cuando realojarán a los vecinos de la zona. «Esperamos poder volver a la casa cuanto antes, pero aún no sabemos nada. Es una pena, nosotros estamos de paso y al final volveremos a nuestro hogar, pero estamos preocupados por todas aquellas personas que tienen su casa y su vida ahí».
De los más de 2.300 desalojados, unos de los últimos afectados fueron los vecinos de la zona más exterior de Pinos de Alhaurín, a los que la Guardia Civil ordenó la salida durante la madrugada del sábado ante el avance de las llamas. Según explicaban los voluntarios de Corresponsales Juveniles, que ayudaron en todas las labores de acondicionamiento del pabellón, la mayoría de vecinos pasaron la noche en casas de otros familiares. «Aquí hemos recibido a 40 o 50 personas, la mayoría de ellas extranjeros que están de vacaciones o que no tienen familia en el pueblo».
Las urbanizaciones y diseminados afectados por los desalojos han sido más de nueve: Ardalejo, Buenavista, San Jorge, La Chicharra y la parte alta de La Paca, en Alhaurín el Grande y Jarapalos, El Comendador Alto, Lauro Golf, y la zona exterior de Pinos de Alhaurín, en Alhaurín de la Torre. Ya por la tarde, la Junta ordenó el desalojo preventivo de 41 viviendas de Pescadores, la zona del Chorro desde la A-404 dirección a Mijas y la urbanización Alhaurín Golf.
La primera noche del incendio fue larga para todos: mientras más de 300 bomberos trabajaban en sofocar el fuego, los vecinos desalojados de las zonas altas de Alhaurín el Grande seguían muy pendientes de su evolución e incluso algunos colaboraban en los cortafuegos y las labores de extinción. «No hemos dormido nada, hemos estado en alerta total y pendientes de todo», explicaba Eva, que esperaba noticias junto a sus vecinos en una zona segura desde la que se divisa su casa. «Se han apagado fuegos pequeños pero se han vuelto a prender por distintos focos», aseguraba.
En el polideportivo municipal, donde se encuentra el Puesto de Mando Avanzado, también se ha habilitado un espacio de descanso para los desalojados del incendio en Alhaurín el Grande. Según indicaba la concejala Belén Vera, son unas 10 familias las que pasaron la noche en estas instalaciones. «Alhaurín es un pueblo, todos nos conocemos, y la mayoría de vecinos tienen familia aquí, por eso hemos recibido a pocas familias pese a la gran cantidad de desalojados».
Numerosos voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y otras asociaciones colaboran en todo lo necesario para las familias que se están hospedando en el pabellón. Las horas pasan lentas, por lo que hay que buscar distracciones para despejar la mente. «Mi hijo lleva toda la mañana jugando con los otros niños al fútbol, al menos se están divirtiendo. Es duro vivir esto, lo ves en la tele y no piensas que te va a pasar a ti», señalaba Luzmila, vecina de la zona de La Paca, que acudió al polideportivo junto a sus hijos, su nuera y su nieta. «Nos están ayudando mucho en todo, han buscado hasta una alfombra para que mi nieta pueda gatear. Cuando nos dijeron que tenían que desalojarnos se vivieron momentos tensos, porque hay vecinos que no hablaban español y no querían dejar sus casas».
La vecina de La Paca recalcaba la hospitalidad de todo el equipo para atender a los afectados. «Hay que tener calma y pensar en positivo, aunque a veces cueste. Yo además tengo dos perros y no podía irme a un hotel ni a un hostal porque no los iban a aceptar. Por suerte nos han ayudado mucho aquí».
Después de dos jornadas muy intensas, todos los vecinos siguen pendientes de la evolución del incendio que está calcinando su «joya» y el «pulmón verde» de esta zona del Valle del Guadalhorce. «Es una pena porque es un entorno único, nos duele mucho ver cómo se está quemando y no podemos hacer nada», comentaban los alhaurinos Javier y Clara mientras paraban a hacer fotos de la gran columna de humo.
Los vecinos también se están volcando para ayudar a los animales desalojados en el incendio. Se ha creado un grupo de evacuación de animales, que han sido repartidos por distintos sitios. Así, las protectoras han hecho un llamamiento para conseguir productos como garrafas de agua, cubos, macetas sin agujeros y comidas de animales de granja, y se llevará agua y pienso en cuanto se permita el acceso a las zonas afectadas.
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