Denuncian la puesta en libertad de un hombre que apuñaló a dos hermanos y se había dado a la fuga en Sabinillas

Charo Márquez

Manilva

Lunes, 2 de marzo 2020, 01:20

Comenta

La familia Vélez Campos de Sabinillas no se explica cómo el presunto agresor de dos de sus miembros ha salido en libertad bajo fianza cuando una de las víctimas lleva 16 meses hospitalizada y ha perdido incluso un riñón a causa de las heridas provocadas durante la agresión.

A.E.K. , de nacionalidad marroquí, salió de prisión en noviembre después de tan solo ocho meses y tras ser acusado de los presuntos delitos de tentativa de homicidio, falsedad documental y contra la salud pública.

La defensa del herido ha interpuesto un incidente de nulidad de las actuaciones ante la Audiencia Provincial de Málaga y ha presentado una queja ante el Consejo General del Poder Judicial pues entiende que en el auto de puesta en libertad no se han tenido en cuenta los argumentos de la acusación que debería haber tramitado el Juzgado de Estepona que entendía del caso.

En esta documentación que al parecer no llegó a la Audiencia, los abogados de la víctima se oponían a la libertad provisional ante la existencia «de un notorio y manifiesto riesgo de fuga del investigado», porque ya había utilizado una identidad falsa, se encontraba huido por otros hechos y, en definitiva «por que resulta más que probable, que esta persona desaparezca y no tengamos más noticias de él».

Tanto la familia de la víctima como la acusación sospechan de la pertenencia del acusado al clan de Los Castañitas, dedicado al narcotráfico en el Campo de Gibraltar. «Estamos convencidos de que 'Los Castañitas' han pagado la fianza de este tipo, que es uno de sus protegidos porque se encarga de llevar sus lanchas», señala uno de los miembros de la familia.

Este familiar añade que «no es justo que Manuel lleve 16 meses hospitalizado, que haya perdido un riñón, que toda la familia haya perdido la mitad de la vida y que el agresor está paseándose por la calle».

El auto de puesta en libertad bajo fianza recoge que A.E.K también fue víctima de la agresión de los hermanos Vélez Campos, «pero es el único que se encuentra privado de libertad». Añade que el detenido tenía arraigo en el país y que si fuese condenado finalmente por los hechos «sería a una pena de menor entidad». Por ello el juez le impuso la fianza de 10.000 euros solicitada por el Ministerio Fiscal.

Los hechos se remontan al 9 de septiembre de 2018 en un salón de juego de Sabinillas donde los dos hermanos y su padre tuvieron un encontronazo con el presunto agresor. José Vélez recibió dos puñaladas en el brazo y su hermano Manuel recibió cinco en órganos vitales que obligaron a extirparle el riñón. A día de hoy sigue ingresado y sometido a distintas intervenciones quirúrgicas.

El otro implicado se trasladó por su propio pie al Hospital Costa del Sol con contusiones y hematomas y facilitó una identidad falsa. Tras la revisión de las cámaras y las declaraciones de los afectados, la Policía averiguó la verdadera identidad del agresor. No es hasta febrero de 2019 cuando el presunto agresor es detenido en una urbanización de Marbella después de una persecución.

Al detenido le constaban antecedentes penales por posesión de droga en Granada, donde intentó además atropellar a un agente; por robo con fuerza, amenazas y falsedad documental.

El abogado de los Vélez Campos, Oscar Chicharro, señala que en su 20 años de ejercicio «nunca he visto que con esos antecedentes, sin arraigo, habiendo utilizado una identidad falsa, habiendo tratado de huir de la justicia varias veces, que no se ha entregado, sorprendentemente salga en libertad».

El letrado añade que durante su estancia en prisión A.E.K. coaccionó y amenazó a su cliente vía whastapp para que retirara la denuncia, inicialmente ofreciéndole dinero, y posteriormente con amenazas. «La familia no quiere dinero, solo quiere justicia y que este individuo pague en prisión», asegura Chicharro. El Juzgado ha incoado nuevas diligencias para investigar estas amenazas.

Manuel Vélez sigue hospitalizado. Tras la extirpación del riñón también se le detectaron perforaciones en los intestinos. El paciente ha sufrido además, según sus familiares, una fuerte depresión.