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Ha sido uno de los protagonistas de estos días. La irrupción del alcalde de Genalguacil, Miguel Ángel Herrera (PSOE), en el puesto de mando al tercer día de que se originara el incendio de Sierra Bermeja para criticar la gestión de la Junta de Andalucía ... adquirió condición viral en cuestión de horas. Ahora, ya con el fuego controlado, vuelve a analizar la situación.
–¿Se arrepiente de aquella intervención?
–Me arrepiento de no haberlo dicho antes. Se hubieran evitado algunas cosas. Pensé que iban a cambiar, pero me di cuenta de que no era así y decidí plantar cara.
–¿Cuándo pidió recursos por primera vez?
–El fuego se inició a las nueve de la noche (del miércoles). El trabajo del Infoca fue brutal. Todos los medios estaban destinados a esta zona. Pero en cuanto el fuego traspasó la cordillera y se metió en la Costa del Sol, los recursos fueron derivados a esa parte. Y nos dejaron abandonados, no de forma literal: había muy pocos medios aquí y muchos allí. También el Infoca pidió reforzar las labores en la sierra, pero ellos no van a hablar.
–Denuncia que priorizaron la Costa en las labores de control y extinción del fuego, entonces.
–Y que no hubo rotundidad. La masa forestal es combustible. Hay que actuar rápido. Esto es una bomba. No es un fuego de sexta generación, sino un incendio en el Valle del Genal. Tardaron tiempo en traer medios aéreos. Habrá que hacer un análisis de en qué hemos fallado cada uno de nosotros. Lo que peor llevo es que hablan como si lo hubieran hecho bien. Y eso me preocupa porque, si creen que han actuado bien, esto volverá a pasar.
–¿Cómo está usted?
–Bueno, la verdad es que... No sé.
–Una mezcla de emociones, supongo.
–Acabo de dar una vuelta por la sierra y esto es horrible.
–¿Cuáles han sido las consecuencias a simple vista?
–Muy feas. Por mucho que digan, parte del pinsapar también se ha quemado. Es difícil saber cuáles van a ser las consecuencias. Había planes de empleo que dependían de la masa forestal. No sé cuántos años tardaremos en recuperarnos de esto.
–¿Y el turismo rural?
–Esto afecta a todo. No será igual hacer el sendero de los Reales a partir de ahora. Ves todo este desastre y te das cuenta de que no importamos.
–¿Por qué?
–Por ser pueblos pequeños. Te pongo un ejemplo: en verano, la época más turística, ni siquiera hemos tenido servicio de conservación de carreteras. Qué menos que tener las cunetas limpias. Pues eso mismo puede extrapolarse a todos los niveles. Y eso nunca pasaría en Marbella o Estepona. ¿A que no permitirían que hubiera cunetas repletas de broza y piedras en la entrada a Puerto Banús?
–Sin embargo, la despoblación parece una de las preocupaciones más recurrentes en la agenda política. ¿Es una impostura?
–Es una mentira. ¿Por qué no apoyan el modelo de pueblo-museo de Genalguacil, si es uno de los proyectos líderes en materia de arte contra la despoblación? A los políticos se les ve el plumero: una cosa es lo que cuentan y otra, la realidad. Pero no me engañan.
–¿También criticaría la gestión de la Junta de Andalucía si gobernara su partido?
–Totalmente, y lo dije. Tanto el PP como el PSOE quieren que el Valle del Genal se muera. Ya lo he dicho alguna vez y lo mantengo. La Junta lo ha hecho muy mal, ahora y antes.
–¿A qué achaca ese desinterés?
–Muy fácil: no les interesamos porque somos pocos votos. En política es importante la foto, y no es igual inaugurar algo en Genalguacil que en Málaga. Pero tiene que haber programas contra la despoblación de verdad. Y esos programas deben derivarse a los pueblos, que se gestionen desde aquí. También soy crítico con el Gobierno central: si la despoblación es una prioridad para ellos, que aprueben beneficios fiscales para quienes viven en los pueblos. Es fácil de legislar. Y cuando lo hagan me creeré lo que dicen.
–Dibuja usted un panorama de política de atrezzo.
–Es así. También lo hacen con el cambio climático. Es palabrerío. Yo quiero acciones. Es lo que valora la gente.
–Comentan algunos bomberos que han encontrado la sierra realmente sucia y que eso ha dificultado las labores de extinción.
–Llevamos treinta años de retraso en política forestal. Y eso es responsabilidad también de la anterior Junta de Andalucía. Esto lo ha permitido el PSOE antes.
–¿Por qué no se limpian los montes?
–Muy fácil: ¿por qué por Genalguacil no pasan autobuses? Porque prefieren gastarse el dinero en la Costa del Sol. Porque nosotros somos muy caros para ellos. Hay diputados provinciales que me lo han dicho a la cara: «Sois muy caros».
–¿Quiénes?
–No lo voy a decir, pero si en su momento tengo que decirlo lo diré. ¿Que somos muy caros? Para eso están las diputaciones. Para que los pueblos estemos bien, para que se limpien las carreteras y las cunetas, no para hacer un show en la Costa del Sol como están haciendo. Se concentran en la Costa y olvidan a los pueblos de interior. El presupuesto va acorde a la población y cada vez somos menos, así que cada vez nos dan menos. Es una jugada perfecta.
–¿Cree que se solicitó tarde la intervención de la UME?
–Tarde no, tardísimo. Se ofreció desde el principio. El jueves lo planteé. Y no llegaron a Genalguacil hasta el domingo. Y, mientras tanto, el vigilante y yo tratando de que el fuego no alcance la carretera. ¿Y dicen que había suficientes medios? Hemos visto a los retenes (de bomberos) pasar por delante de nuestros pueblos, les hemos pedido que echen agua y nos han dicho que les enviaban a la Costa del Sol.
–¿Ha recibido alguna llamada estos días de alguien que ha tratado de tirarle de las orejas?
–No lo van a hacer. Saben que no me callarán. Es una cuestión de dignidad, algo que deberíamos hacer todos los políticos: denunciar todas las injusticias. Deberían levantar la cabeza y la voz muchísima gente a la que se le está tratando mal.
–El presidente de la Diputación, Francis Salado, dice que miente y le ha calificado de irresponsable.
–Tengo los informes minuto por minuto, todas las conversaciones grabadas y mucha información. No me fío de nada.
–¿Conversaciones que revelan qué?
–En las que yo decía: «El fuego va a llegar hasta aquí». Y ha ocurrido. Que saquen los informes. Alguna gente pone la palabra mentir en su boca con mucha facilidad. ¿Toda la gente de Genalguacil y del Infoca mienten? Porque les he escuchado decir lo mismo.
–¿Le consta que sus críticas son compartidas por el resto de alcaldes de la zona?
–He recibido muchas llamadas diciendo: «Pienso lo mismo que tú, pero no tengo los cojones o la vagina de decirlo». Y no sólo de Málaga.
–Supongo que el realojo ha sido emocionante.
–Mucho. Es lo que quería: que se apagara el fuego y ver a mi gente aquí. Ahora sólo espero que las ayudas no se repartan como se repartieron hidroaviones: de 41, seis para esta zona y el resto para la Costa del Sol. Eso no pasará. No se lo voy a permitir. Tienen que pagar el precio que les corresponde por esto.
–¿Qué precio es ese?
–El que pida la gente que ha perdido sus montes y sus trabajos.
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