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El juez malagueño Fermín Javier Villarrubia es padre de tres jóvenes de 18, 22 y 24 años. Ellos, precisamente, han sido su mejor barómetro para aproximarse, o al menos intuir cuáles son las carencias que tiene la adolescencia y la juventud acerca de las cuestiones ... más básicas que rodean al Derecho. «Por ejemplo, me cuentan que sus amigos no saben lo que es el principio de legalidad o no entienden lo que significa el imperio de la ley, que son conceptos consagrados en la Carta Magna», detalla.
Las diferentes consultas que venía escuchando en casa, sumadas a su afán divulgativo, han llevado al magistrado a redactar una guía didáctica bajo el título 'Constitución para jóvenes' (aunque las nociones que aborda muchas veces también puedan ser ignoradas por personas adultas), en la que desgrana con un lenguaje accesible los principios fundamentales que rigen la norma suprema del ordenamiento jurídico español, que hoy cumple 45 años. Para que no haya dudas y todo quede claro.
«Mis hijos han sido mis auditores para saber si se entendía o no esta guía, porque el objetivo es, por supuesto, que se entienda y que sea una herramienta útil para los estudiantes», afirma. Como señala el juez, con este documento no tiene mayor pretensión que ayudar a los chavales a comprender la Carta Magna, abordando de una manera sencilla conceptos que, a priori, pueden resultar complejos. Porque, como incide, «se trata de la norma que marca las reglas del juego y el escenario en el que nos movemos».
Para Villarrubia, que es titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Málaga, es necesario prestar atención a la juventud con el fin de detectar estas carencias y, así, buscar la manera de ponerles remedio. Si por él fuera, subraya, los colegios e institutos tendrían una materia en la que se impartan nociones básicas de la justicia. «Es la asignatura pendiente del sistema educativo; sino tenemos a chicos que no saben qué es el Consejo General del Poder Judicial, o que directamente piensan que es un tribunal», ejemplifica.
En este sentido, el juez hace especial hincapié en que estos conocimientos son los que van a ser esenciales para no caer en la desinformación y, en definitiva, para contribuir a que la sociedad y la juventud pueda ser más crítica. «Yo creo que es importante que se sepa que el imperio de la ley lo que significa es que todos nos sometemos a lo que dicen las normas, y también los poderosos, porque el principio de legalidad es el que rige que estas normas sean iguales para todos», continúa Villarrubia.
Un ejemplo reciente, dice, ha sido la controversia que tiene que ver con la Ley de Amnistía, que ha protagonizado portadas y titulares en los medios en las últimas semanas. «Si no se entiende la Constitución, menos se va a entender qué es lo que ha pasado aquí o de dónde surge la polémica», agrega. La consecuencia, dice, es que sin herramientas para sacar conclusiones, ganará el ruido, y más cuando las redes sociales son el medio por excelencia de los más jóvenes.
La vocación didáctica ha estado siempre muy presente en la vida del magistrado, quien ha impartido durante varios años clase de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga. De hecho, apunta, incluso cuando trabajaba como Letrado de Administración de Justicia le gustaba preparar manuales en los que dejaba por escrito apuntes para facilitar la labor a otros compañeros que llegasen después de él.
Tampoco esta es la primera guía que redacta y que va orientada a la juventud. En 2019 ya escribió el texto 'Código Penal para adolescentes', en el que recogía alrededor de treinta supuestos a los que los más jóvenes pueden enfrentarse en la vida real –y también en la digital– con sus correspondientes penas. Entonces, su mayor reto también fue adaptar el lenguaje para alejarse de la jerga judicial y transmitir a los estudiantes las consecuencias de cometer infracciones penales.
Como subraya sobre este aspecto, no todo es culpa de la educación. Villarrubia también entona un 'mea culpa' al apuntar con el dedo a la propia justicia y quienes forman parte de ella porque, a su parecer, también tienen la responsabilidad de hacer lo posible para contribuir a ser más cercana y accesible para la ciudadanía y, especialmente, para la juventud. «Yo echo de menos que haya una jornada de puertas abiertas para alumnos, que vengan a juicios y, después, que puedan hablar con magistrados o fiscales para que les ayuden a resolver sus dudas», manifiesta.
El magistrado ya tiene en mente la temática a abordar en la que podría ser su tercera guía: «Me gustaría explicar a los más jóvenes qué se hace en los juzgados, por qué hay distintos tipos y toda una estructura, y contar el trabajo que desempeñan los diferentes profesionales que intervienen en ellos». Como se suele decir, ya se sabe que no hay dos sin tres.
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