Confirman la condena de 25 años de cárcel para el monitor de Ronda que pidió fotos sexuales a menores

Aquel verano, el de 2016, once menores picaron en su anzuelo. Tenían entre 11 y 16 años. El monitor, quien seguía haciéndose pasar por un colega, les contactaba por WhatsApp o Instagram una vez que finalizaba el campamento. Y en todos los casos acababa llevando la conversación al terreno que él quería, de temática y excitación sexual.

A continuación, con distintos pretextos, insistía a los chicos para que le enviasen fotografías y vídeos íntimos de ellos. También se dedicó a mandar imágenes sexuales, algunas suyas, para que viesen normal el intercambio de archivos de esta naturaleza. La mayoría de los menores no accedieron a sus peticiones.

El Tribunal Supremo (TS) acaba de ratificar la condena de 25 años y medio de cárcel al monitor como autor de delitos de embaucamiento (Grooming), difusión de pornografía infantil, elaboración de material pornográfico infantil agravados y de exhibicionismo.

Así, la Sala ha desestimado el recurso de casación interpuesto por el condenado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que confirmó la dictada por la Audiencia Provincial de Almería.

El TS apunta al relato de hechos probados en relación a la conducta del acusado, en el que se incluyen las conversaciones que mantuvo a través de las redes sociales con cada uno de los menores, entre las que había intercambio de imágenes de alto contenido sexual.

«Tienen (refiriéndose a las conversaciones y los archivos enviados) la suficiente fuerza descriptiva como para apreciar todos y cada uno de los elementos típicos de los delitos por los que se ha formulado la condena», concluye el tribunal al respecto.

De esta forma, la resolución confirma el valor probatorio de las conversaciones de WhatsApp, frente a la queja del recurrente, que defendía que las mismas no fueron introducidas de forma correcta en la causa, punto que ha sido desestimado. Asimismo, la sala ha rechazado la alegación acerca del supuesto «dirigismo» de los agentes de la Guardia Civil durante los interrogatorios a los menores.

Una nueva condena

Por estos mismos hechos, el condenado sumó una nueva condena tras un juicio con una de sus víctimas en mayo de este mismo año. La Audiencia Provincial de Almería le impuso en primera instancia la pena de un año y nueve meses de cárcel por corrupción de menores.

Asimismo, fue arrestado por última vez en septiembre de 2021 en Cádiz acusado de exhibicionismo y abusos sexuales a menores, siendo su víctima un chico de 11 años de edad, con el que supuestamente contactó a través de una red social utilizando su posición en el equipo técnico de un equipo de fútbol, para ganarse la confianza del menor y mantener e intercambiar conversaciones e imágenes.

Según informó el Instituto Armado en una nota, la investigación de la denominada operación 'Engatusa' se inició a raíz de una denuncia presentada en la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera, donde la familia de un menor de 11 años relataba cómo su hijo había caído en la red de un adulto con el que habría mantenido conversaciones de contenido sexual llegando a intercambiarse fotografías íntimas a través de la red social.