Sucesos Málaga

Condenan a un menor de Torrox por agredir a tres policías locales que le pidieron que se identificara

Los hechos se remontan al 15 de octubre de 2022, cuando el menor, que entonces tenía 16 años, se encontró en la calle con uno de los agentes, que estaba fuera de servicio, paseando a su perro, cerca de su domicilio, en la zona del paseo marítimo de El Morche. Según recoge el fallo judicial, que no es firme y puede recurrirse ante la Audiencia Provincial y al que ha tenido acceso SUR, el menor se dirigió al policía local «de forma jocosa y realizando el saludo militar», marchándose el agente a casa de su pareja, situada a unos 80 metros del lugar.

Cuando el policía salió de nuevo de casa, apenas media hora después, «comprobó que su vehículo, estacionado en la zona, tenía rajadas dos ruedas de la parte izquierda, por lo que procedió a llamar a sus compañeros para que identificasen a esa persona que se hallaba en el mismo lugar donde se lo había encontrado anteriormente y volvió a saludarle de forma jocosa». A los pocos minutos se personaron dos agentes uniformados, que procedieron a solicitar al menor su identificación.

Ahí fue cuando comenzó un enfrentamiento, al negarse el menor, «al mismo tiempo que se dirigía a los agentes con expresiones como 'una mierda para vosotros', 'la policía es una mierda', 'que no me sale de los cojones identificarme' e 'hijos de puta'», llegando a decirle a uno de ellos que «sabía dónde vivía y que lo tenía que matar». A continuación, ante la negativa del menor a identificarse, fue informado por los agentes de que debía acompañarlos a la Jefatura para ser identificado, «momento en el que el menor propinó un codazo en el pecho a uno de los agentes, cayendo ambos al suelo, interviniendo los otros dos para reducirlo».

«El menor ofrecía una gran resistencia a la detención, forcejeando con los agentes y llegando a propinar un mordisco en la pierna a uno de ellos y una patada en la pierna a otro», según recoge la sentencia. Además, durante el trayecto en el vehículo policial, el menor «continuó insultándolos y manifestándoles que los tenía que matar».

Como consecuencia de estos hechos, uno de los agentes sufrió lesiones consistentes en un traumatismo torácico con fisura de la séptima costilla, mordedura en el gemelo de su pierna derecha, contusiones y erosiones, que precisaron de 31 días de perjuicio personal moderado y quedándole como secuela una pequeña cicatriz en la pierna. Respecto a los otros dos agentes agredidos, uno de ellos sufrió una cervicalgia y policontusiones, y el otro sufrió también policontusiones.

El juzgado considera que el requerimiento de identificación y de acompañamiento a las dependencias policiales «son actos legítimos de los agentes y el menor, que ya había manifestado un evidente menosprecio a los agentes y al principio de autoridad, acomete contra una de ellos propinándole un codazo en el pecho, se resiste a la detención, forcejea, da un mordisco a uno de ellos y una patada a otro, mientras que en el traslado en el vehículo policial reitera las expresiones insultantes y amenazantes contra los agentes». «No se aprecian motivos para dudar de la veracidad de los testimonios tanto de los dos agentes uniformados como del que iba de paisano», apostilla la sentencia.

Sin embargo, el menor fue absuelto de un delito leve de daños por las ruedas rajadas del coche familiar de uno de los policías implicado en el suceso, «ya que no existe prueba de cargo o actividad probatoria suficiente y bastante para poder deducir, con la convicción y certeza que se hace exigible en el ámbito penal», su culpabilidad. Respecto a la medida impuesta por el juzgado de 18 meses de libertad vigilada y los talleres, se tiene en cuenta el informe técnico en el que se señala que el menor «forma parte de un grupo familiar estructurado y funcional, mantiene un grupo de relación y actividades de ocio, dentro de un entorno normalizado». No obstante, según recoge el fallo, «abandonó la formación académica al superar el periodo de escolarización obligatoria, a nivel laboral ha colaborado en el negocio familiar y a nivel personal se aprecia un carácter impulsivo».