Sucesos Málaga

Sin agua ni comida en pleno verano: condenan a un cabrero de Riogordo por maltratar a dos perros, de los que uno murió

La magistrada ha fijado la pena en diez meses de cárcel y le prohíbe trabajar con animales, es decir, su medio de vida, durante dos años

Miércoles, 15 de mayo 2024, 20:01

Sin alimentación ni agua en pleno julio y amarrados a una valla con cadenas metálicas. La titular del Juzgado de lo Penal número 15 de Málaga ha condenado a diez meses de prisión a un cabrero de Riogordo como autor de un delito continuado de ... maltrato animal por mantener en estas condiciones a dos perros, uno de los cuales murió ahorcado al intentar saltar la alambrada para escapar.

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Según se expone en la sentencia, a la que SUR ha tenido acceso, también se le prohíbe trabajar con animales o poseerlos –es decir, su medio de vida– durante dos años. Los hechos ahora probados tras el juicio se remontan al verano de 2020, cuando el procesado dejó a los dos perros -un macho y una hembra- en situación de «total falta de atención, cuidado, alimentación y asistencia veterinaria» mientras decidía si las criaturas eran aptas para el cuidado de la explotación de cabras.

Los dos animales permanecieron amarrados con cadenas metálicas colocadas en el cuello y atadas a una valla de una casa rural en Riogordo. Unos turistas que pasaron por las inmediaciones de la finca fueron quienes dieron aviso a la Guardia Civil de las condiciones en las que estaba la hembra, extremadamente delgada, sucia, con heridas y parásitos. Tampoco tenía comida ni agua en esos meses de elevadas temperaturas. El macho fue encontrado sin vida, ya que se había ahorcado con la cadena al intentar saltar la valla a la que estaba amarrado.

A juicio de los agentes, debía llevar como mucho un día fallecido. Los efectivos del Seprona comprobaron que en el lugar no había recipiente alguno de alimentación o bebida, salvo uno con agua que había dejado un turista para que la perra pudiera hidratarse.La criatura que sobrevivió, según narraron los efectivos de la Benemérita en el juicio, se encontraba inmóvil y muy asustada, teniendo que ser ellos mismos quienes la subieron al coche porque no podía mantenerse en pie. Asimismo, expusieron que, según creía, no había nadie cerca que les pudiera echar un vistazo por si necesitaban algo.

El acusado, por su parte, negó que hubiera abandonado a los animales, a los que dijo que había acogido unos 20 días antes, después de que otra persona los dejara a su merced y en mal estado, de acuerdo con su versión. Según expuso, les llevaba comida y bebida cada dos días y los había dejado atados con cadenas de unos tres metros bajo un olivo que les proporcionaba sombra. Asimismo, aseguró que el día anterior pasó por la parcela y los dos estaban vivos.

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También testificó el veterinario que dispensó de cuidados a la perra superviviente, quien sostuvo que se encontraba «muy asustada, sumisa y con mucho miedo». De acuerdo con su relato, la hembra estaba deshidratada y desnutrida, con heridas en el cuello a causa de las cadenas y en las orejas. Además, presentaba anaplasma, una infección bacteriana debido a las garrapatas que ya se encontraba en una fase aguda.

La Asociación LADRAM se hizo cargo del animal y su representante declaró que en juicio que, cuando llegó a sus instalaciones, se encontraba muy afectada, tanto físicamente como psicológicamente, sufriendo pánico a las personas. Actualmente, agregó, es inadoptable por los traumas que presenta, por lo que ha sido acogida por una compañera de la entidad.

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Con todos los testimonios y las pruebas recabadas, la magistrada ha concluido que el cabrero fue autor de un delito continuado de maltrato a ambos perros, lo que ocasionó la muerte de uno de ellos al intentar escapar «ante la situación de angustia que padeció durante días», así como la enfermedad de la otra criatura «hasta el punto de no tenerse en pie cuando fue hallada por los turistas».

El cabrero, además de la pena que se le ha impuesto, tendrá que abonar 223 euros a la asociación animalista por los gastos veterinarios de la perra superviviente y 1.180 por los costes derivados de su manutención. También tendrá que pagar las costas procesales por esta causa, incluidas las de la acusación particular.

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Medidas de prevención

La Asociación LADRAM, que ha ejercido de acusación particular en esta causa, ha valorado positivamente la sentencia, aunque incide en que todavía queda mucho camino por recorrer para erradicar estas conductas que atentan contra la vida de los animales. En este sentido, ha hecho hincapié en la necesidad de que los propios ayuntamientos lleven a cabo acciones de carácter preventivo, sobre todo en zonas como la de Casabermeja, donde tiene su sede la entidad y siguen encontrándose con este tipo de problemas.

Al respecto, la organización ha señalado la importancia de ofrecer cursos entre los sectores donde más se detectan estas situaciones, como en la ganadería o la caza, para que se tome conciencia de las conductas que suponen un delito y las consecuencias penales que conllevan, entre otras medidas para prevenir situaciones de maltrato y abandono animal.

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