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El acusado, conocido con el apodo de 'El melillero', durante el juicio. Salvador Salas. Archivo
Condenan a 41 años de cárcel a 'El melillero' por intentar asesinar con ácido a su exnovia y a una amiga
Crónica negra

Condenan a 41 años de cárcel a 'El melillero' por intentar asesinar con ácido a su exnovia y a una amiga

La Audiencia impone 32 años de prisión para el hombre que lo acompañaba durante el ataque y otros 10 años para el joven que compró el líquido, con una pureza de 98%

Juan Cano

Málaga

Jueves, 4 de enero 2024, 19:32

José Arcadio D. N., más conocido como 'El melillero', ha sido condenado a 41 años de cárcel por intentar asesinar a su exnovia y a una amiga de ésta tras rociarlas con ácido sulfúrico el 12 de enero de 2021 en Cártama. Los magistrados de la Sección Octava de la Audiencia Provincial consideran que actuó junto con otro acusado, alias 'Poti', sin llegar a precisar quién de los dos arrojó el líquido sobre las víctimas.

José Arcadio mantuvo una relación sentimental con Sandra entre los meses de mayo y diciembre del año 2020. Según declara probado la sentencia, la relación se desarrolló con normalidad al principio, pero al terminar ella sus estudios y «tener mayor vida social», José Arcadio desarrolló una «celotipia incontrolada» que le hacía sospechar de forma injustificada de supuestas infidelidades de Sandra, a la que presionó para que se fuera a vivir con él «con el fin de tenerla más controlada».

Llevado por la «obsesión» de averiguar con quién se relacionaba la víctima, José Arcadio pretendió acceder en reiteradas ocasiones al contenido del móvil de Sandra, lo que generó frecuentes incidentes entre la pareja, siempre según la resolución judicial, contra la que cabe recurso. Una de las veces que ella le recriminó que cogiera su teléfono, José Arcadio reaccionó «dándole un bofetón», lo que hizo que ella cogiera un cuchillo. Él la desarmó y, en el forcejeo, la joven sufrió un corte profundo en una mano.

La sentencia declara probado que el ahora condenado controlaba los lugares a los que Sandra acudía o utilizaba la documentación personal de ella para alquilar o reservar un coche a su nombre «sin su conocimiento». Los malos tratos, según el fallo, también eran verbales. José Arcadio le decía, entre otros calificativos: «Puta, guarra, no vales nada, eres lo más bajo de la Costa del Sol».

Esta situación de «control y dominación permanente» fue generando en Sandra de forma progresiva «gran temor» hacia el ahora condenado. «Cuando no soportaba más la situación y quería salir de la casa, José Arcadio se lo impedía sujetándola con fuerza, llegando a quitarle las llaves de la vivienda en más de una ocasión. Igualmente le decía que si no estaba con él no iba estar con nadie, y que en caso de dejarle o denunciarlo iba a causarle un daño a ella y a su familia», describe la resolución judicial.

El miedo por su integridad llegó a ser tal que en diciembre de 2020 Sandra decidió romper la relación y abandonar la vivienda que compartía con José Arcadio. No se atrevió a regresar a la casa de sus padres y decidió convivir con su amiga Cristina en el domicilio de ésta en la localidad de Cártama para evitar que su exnovio la localizara. «Igualmente cambió su número de teléfono, dio de baja a José Arcadio en su cuenta de instagram y adoptó precauciones para salir a la calle», continúa el fallo. Si lo hacía, siempre era acompañada de otra persona.

Continuas llamadas

Pero José Arcadio «no la dejó en paz», subraya el tribunal, que destaca las «continuas llamadas con las que la presionaba para volver con él si no quería sufrir algún daño, y los «acercamientos físicos al domicilio de Cristina. También le envió mensajes amenazadores los días 23, 24 y 25 de diciembre de 2020, así como el 2, 3, 5, 6, 7 y 11 de enero de 2021.

'El Melillero' controlaba los movimientos de Sandra porque a principios de enero del 2021 instaló en su coche y en el de Cristina dos balizas de geolocalización. «Ello le permitía saber con exactitud el lugar en el que se encontraban ambos vehículos, presentándose con frecuencia en los lugares en que ambas amigas se encontraban, haciéndola objeto de seguimientos», señala literalmente la sentencia. De hecho, un día antes del ataque, estando las dos jóvenes en la gasolinera de los Álamos, en Torremolinos, José Arcadio se aproximó a Sandra y le dijo que la iba a matar, que le iba a hundir la vida, y que le iba destrozar «esa cara tan bonita que tenía».

Para entonces, el plan ya estaba en marcha. Entre los días 1 y 5 de enero, 'El melillero' le encargó a un amigo la compra de un bote de ácido sulfúrico con la máxima concentración posible. Buscó por Internet y acabó comprándolo en una tienda situada en Cataluña. El líquido tenía una concentración de ácido clorhídrico del 98%.

La noche del 11 de enero de 2021, José Arcadio se acercó con su cómplice al coche de Cristina y le pidió que bajara la ventanilla, a lo que ella se negó. En ese momento, 'El melillero' señaló a 'Poti' y le dijo: «Éste se va a encargar de ti, te va a matar ». Acto seguido, se llevó la mano al cuello e hizo la señal de degüello.

El tribunal fija las indemnizaciones en 1.133.401 euros para la exnovia y en 312.522 euros para la amiga de ésta

Finalmente, sobre las 14.10 horas del día 12, los dos autores del ataque salieron al paso de las jóvenes. José Arcadio iba al volante y 'Poti' de copiloto. 'El melillero' colocó su coche en paralelo al de Sandra y uno de los ocupantes -la sentencia no precisa quién de los dos- presionó el bote que contenía el ácido sulfúrico, «dirigiéndolo a la parte superior del cristal correspondiente al piloto del vehículo conducido por Sandra».

La joven tenía bajado el cristal unos centímetros, por lo que el ácido penetró en el vehículo y cayó sobre su cuerpo, afectando especialmente al lado derecho de su cara y de sus extremidades. Parte del líquido alcanzó el cuerpo de Cristina. Ambas mujeres tuvieron que salir del coche para evitar la asfixia por el ácido, gritando por efecto del fuerte dolor que las quemaduras les provocaban en la piel. Sandra quedó prácticamente desnuda por efecto corrosivo del ácido. «José Arcadio se reía mientras las miraba, antes de darse a la fuga», resaltan los jueces. A 'Poti' le salpicaron varias gotas de ácido en la cara tras la manipulación del bote que lo contenía.

Sandra sufrió gravísimas quemaduras que han afectado al 45% de la superficie de su cuerpo y que han requerido 12 intervenciones quirúrgicas con numerosos injertos. Tiene decenas de cicatrices por todo su cuerpo y numerosas secuelas que, en conjunto, suponen un perjuicio estético «muy importante» con pérdida de calidad de vida y daño moral, reseña el tribunal.

Cristina sufrió quemaduras en el 20% de su cuerpo. Precisó dos intervenciones quirúrgicas y numerosos tratamientos y curas. También tiene decenas de cicatrices, un perjuicio estético importante y una pérdida de calidad de vida debido a las secuelas que suponen un perjuicio moderado.

La Sección Octava considera que los hechos constituyen un delito de maltrato habitual, toda vez que José Arcadio «creó un clima de control y temor en su pareja». Los episodios vividos provocaron un «ambiente irrespirable» para Sandra, «originado por la idea del hombre de que la mujer le pertenecía», atribuyéndose el derecho de «controlar a dónde iba, en compañía de quién o con quién se relacionaba en las redes sociales» y no sólo empleaba para ello una violencia psicológica de dominación, sino que llegaba en numerosas ocasiones «a la violencia física y verbal», siempre según el fallo.

También consideran probado el delito de acoso porque los actos del acusado implican «vigilancia, persecución y búsqueda de cercanía física con Sandra, incluida la colocación de un geolocalizador. De hecho, ella ya sospechaba a finales de diciembre que José Arcadio le había instalado algún dispositivo que permitía su localización, ya que se presentaba en los lugares que ella frecuentaba. La Guardia Civil localizó sendos GPS en los bajos de los coches de Sandra y Cristina. Por tanto, dice la sala, «la perturbación de la tranquilidad de Sandra ha de considerarse grave».

Delitos de amenazas

Para el tribunal, el episodio de la gasolinera, donde José Arcadio dijo a Sandra que le iba a hundir la vida y que iba a acabar con esa «cara bonita» que tenía, constituiría dos delitos de amenazas graves, aunque son «múltiples» las que José Arcadio profirió a la joven «en el contexto de absoluto control y dominio que pretendía ejercer sobre ella».

Por último, los magistrados consideran probados los dos delitos de asesinato en grado de tentativa al entender que existe «dolo homicida» a partir de la naturaleza «radicalmente peligrosa» del producto empleado. «Verter sobre una persona una considerable cantidad de líquido, con la más alta concentración de ácido sulfúrico posible, es causa probable de su muerte, por los efectos altamente nocivos del azufre. Por ello el riesgo de muerte creado con el empleo del producto no es fruto del azar, sino de la naturaleza altamente corrosiva del ácido», concluyen los jueces.

El tribunal entiende que la alevosía queda probada igualmente porque los autores se aseguraron de la ejecución del plan al hacerles una «emboscada» a las víctimas. El «carácter sorpresivo» de la maniobra elimina la posibilidad de defensa. Del mismo modo, consideran acreditado el ensañamiento: «Rociar con azufre de alta pureza a otra persona, dirigiéndolo a su rostro y cuerpo, indica una voluntad dolosa especialmente cruel, pues se trata de un medio que no se limita a menoscabar la integridad física de la víctima, sino que asegura un dolor especialmente agudo, y la posibilidad de desfiguración, por la corrosión de los tejidos y órganos principales como es la cara, además de que ha provocado la necesidad de múltiples operaciones quirúrgicas».

Para la Sala, 'El melillero' es el «autor principal y directo» de los dos delitos de asesinato, siendo 'Poti' su cooperador necesario. Ambos admiten estar en el vehículo desde el que se arroja el ácido, pero discrepan sobre cuál de ellos fue la persona que vertió el producto. José Arcadio niega que tuviera atención de matar a Sandra y únicamente reconoció en el juicio que quería «darle un susto» rociando el coche con agua fuerte. Negó haber encargado la compra del ácido, y sostuvo que fue 'Poti' el que apareció con la botella. Por el contrario, éste último afirmó que José Arcadio lo presionó para que arrojara el líquido de ácido sobre Sandra y que incluso lo golpeó con una pistola. En definitiva, los jueces consideran acreditado que José Arcadio conocía perfectamente la naturaleza del ácido que contenía el bote porque encargó su compra.

Por el contrario, la Sección Octava no aprecia indicios de que los procesados integraran una organización criminal, como sí sostenía la Guardia Civil y las acusaciones. De este delito han quedado absueltos todos ellos, al igual que de la complicidad en los intentos de asesinato, por los que han sido condenados 'El melillero', 'Poti' y el joven que compró el bote de ácido.

Por todo lo anterior, la Audiencia Provincial ha impuesto una pena de 41 años y tres meses de cárcel a José Arcadio N. D., a los que suma una orden de alejamiento de 73 años. No obstante, la Sala recuerda que el periodo máximo de cumplimiento de la totalidad de las penas no podrá exceder los 25 años, y prorroga la prisión provisional de 'El Melillero' -en previsión de que recurra esta condena- hasta 15 de enero de 2033.

Respecto a 'Poti', las penas suman un total de 32 años y tres meses de cárcel, a los que hay que sumar otros tantos de alejamiento respecto a las víctimas. Por su parte, el joven que compró el ácido por indicación de 'El melillero' deberá cumplir una pena de 10 años de reclusión. Los otros tres acusados han sido absueltos.

El tribunal fija las indemnizaciones en 1.133.401 euros para Sandra -la exnovia del principal acusado- y en 312.522 euros para Cristina -la amiga de ésta-. Los magistrados imponen el pago de la responsabilidad civil a 'El melillero' y a 'Poti' como autores materiales del ataque, aunque incluyen como responsable subsidiario al joven que compró el ácido en calidad de cómplice.

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