Piden el ingreso en prisión del británico que mató a un hombre de un puñetazo en Fuengirola

La resolución judicial, que lo condenaba por un delito de homicidio imprudente, es decir, sin hallar intencionalidad de matar en su acción, quedó suspendida a condición de que Mark T. no volviera a delinquir y pagara la indemnización, que se cifró en 183.500 euros. Cuatro meses después, la familia de Sauco no ha recibido ni un euro.

Según ha podido saber SUR, en estos meses, el británico ha dirigido varios correos electrónicos al Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga -encargado de la ejecución de la condena- alegando problemas con las transferencias bancarias, pero lo cierto es que, al menos hasta el día ayer, la cuenta judicial no había recibido cantidad alguna a nombre de Mark T. El juez le había concedido la remisión condicional imponiéndole el pago inicial de 800 euros mensuales para empezar a saldar la responsabilidad civil.

Dadas las circunstancias, la familia de Sauco, representada por el despacho Herrera&Ábalos, presentó el 16 de noviembre un escrito al mismo juzgado solicitando que se revoque la suspensión de la pena, lo que -de ser acordado por el magistrado- llevaría a Mark T. a la cárcel para cumplir los dos años de privación de libertad que imponía la sentencia.

En el escrito, la familia habla de «contumaz incumplimiento» por parte del penado. A su juicio, el impago siquiera de la indemnización supone una «burla» a la mujer y las hijas de Sauco, así como a la propia Administración de Justicia española.

Al recibir la petición de la familia, el juez informó al fiscal para que se pronunciara al respecto. Este mismo lunes se ha dictado un auto por el cual se concede un plazo de cinco días al condenado para «aclarar la cuestión del impago», como paso previo a decidir si se le revoca la remisión condicional.

Los hechos sobre los que versa la sentencia ocurrieron el verano de 2018. Mark T. estaba con su familia de vacaciones en la Costa. Aquella noche, la del 4 de agosto, fue con su mujer y sus hijas a celebrar un cumpleaños junto a unos amigos al bar Churchill, en Fuengirola. Allí coincidieron con Mario Sauco, que estaba tomando copas con un amigo. Había bebido demasiado.

El fallo dice que, como consecuencia del consumo de alcohol, Sauco «mostraba una actitud pesada con alguna de las hijas» de Mark T., aunque éste último no llegó a observar nada. La sentencia añade un matiz importantísimo para la familia del fallecido: «No consta acreditado ningún tipo de abuso o insinuación sexual a las hijas de éste«.

A Mario Sauco le pidieron que abandonara el bar y él lo hizo sin mostrar oposición alguna. Según la resolución, un cliente, que era familia del dueño del local, le contó a Mark T. lo que había pasado con una de sus hijas, lo que movió al británico a seguirle por la calle hasta alcanzarlo en la esquina entre las calles Víctor de la Serna e Isaac Peral.

La sentencia recoge que Mark T. le propinó un puñetazo en la cara «de forma inopinada y sin posibilidad de explicación alguna», al tiempo que le recriminaba su actitud en el bar. Mario Sauco quedó «noqueado» por el impacto durante unos segundos y se desplomó de espaldas sobre el asfalto.

En la caída, la víctima se golpeó «fuertemente la cabeza con el suelo», lo que le produjo un traumatismo craneoencefálico con fractura temporal derecha, hematoma subdural y hemorragia subaracnoidea bilateral, siempre según el fallo. Ingresó en coma en el hospital. Ocho días después, murió.