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El Ayuntamiento de Torremolinos ha clausurado temporalmente parte de las instalaciones del cementerio debido a los gases que emanaban de un cadáver, según ha podido confirmar SUR. Al parecer, se ha cerrado la zona de los nichos y del osario y, de momento, la previsión es que no vuelva a abrirse al público, como mínimo, hasta el próximo día 12 de agosto.
Según han explicado fuentes municipales, el problema se detectó el pasado 2 de agosto, cuando comenzó el derrame de fluidos del cadáver en cuestión. Aunque no es habitual que esto suceda, sí puede pasar de manera puntual. Aunque lo habitual es que estos líquidos se sequen con cierta rapidez, según los expertos consultados.
No obstante, en este caso fue a más. Solo tres días después, el 5 de agosto, la mancha ya se había extendido por buena parte del nicho y, siempre según las fuentes, había empezado a calar a otros ataúdes que había próximos. Ello, unido al fuerte olor, llevó al Consistorio a tomar medidas de seguridad el pasado día 6, cuando se decidió cerrar de manera provisional el espacio de los nichos y el osario.
Por tanto, de momento únicamente permanecen abiertas las salas de velatorio y las dependencias anexas. El Ayuntamiento de Torremolinos ha contactado con la familia del fallecido para informarle de la situación y para buscar una solución de manera consensuada. Los operarios municipales van a tratar de frenar el derrame de fluidos usando un serrín profesional para la absorción.
Una vez que se consigan secar y aislar los gases emanados, y tras la realización de un sellado superficial, las instalaciones del cementerio volverán a estar abiertas, lo que se prevé que no suceda hasta al menos el próximo día 12.
Lo ocurrido en el camposanto de Torremolinos es algo bastante excepcional, siempre según las fuentes consultadas, y que encuentra su origen en el proceso de descomposición del cadáver, en el que se producen pequeñas explosiones de fluidos a consecuencia de la liberación de los gases del cuerpo.
No obstante, no es habitual que estos emanen fuera del féretro. De hecho, los nichos suelen contar con una especie de desagüe para que cualquier líquido que se desprenda se filtre a la tierra, y no hacia otras tumbas. Todo apunta a que la situación se podría deber a un deficiente sellado del ataúd, aunque se sospecha que el calor también ha podido influir.
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