La operación, bautizada con el nombre de 'Wapo', la ha llevado la comisaría del distrito Centro. SUR

Tres nuevas víctimas del joven que se hacía pasar por menor en citas sexuales en Grindr y Wapo para extorsionarlas

Los investigadores de la Policía Nacional descubrieron que en 2019 fue detenido por otras tres denuncias similares

Jueves, 12 de noviembre 2020, 00:57

A medida que avanza, la 'operación Wapo' dibuja un panorama judicial cada vez más feo para su protagonista, un joven de 21 años detenido por la Policía Nacional acusado de extorsionar a hombres que creían haber ligado con él en una aplicación de citas.

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Tras la difusión del caso, adelantado por SUR la semana pasada, se han presentado en comisaría tres nuevas víctimas presuntamente del mismo individuo, ahora en prisión provisional, con lo que, en total, ya ascienden a ocho los afectados.

El mecanismo de la extorsión era siempre el mismo. El sospechoso utilizaría perfiles falsos -'Rafael, 27' y 'Roberto, 23'- en las aplicaciones Grindr y Wapo, donde contactaba con diferentes hombres y ligaba con ellos. Al principio usaba fotos también falsas, pero poco a poco se fue confiando y mandando imágenes reales de su físico.

Tras la primera toma de contacto en el entorno virtual, se citaban para mantener un encuentro sexual en algún lugar de la capital, generalmente viviendas o incluso centros de trabajo de alguno de los afectados. También hoteles.

En algunos casos, aprovechando que la víctima lo recibía en ropa interior, presuntamente realizaba fotografías o vídeos que posteriormente utilizaría para su chantaje sexual. No era lo habitual.

La práctica más común, según describen los denunciantes, era otra. Cuando terminaba el encuentro, el joven habría pasado a pedirles una suma de dinero por el servicio, esgrimiendo que así se hacía constar en su perfil en la aplicación. Como la app le permite cambiar el perfil en cualquier momento, él lo ajustaba al guión de su engaño.

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La víctima lo negaba, argumentando que había acudido a la cita creyendo sencillamente que había ligado e insistía en que no había visto en momento alguno en el perfil que se tratara de un servicio sexual de pago.

A partir de ahí, el tono de la conversación se volvía más áspero, incluso violento. Según fuentes próximas a la investigación, el individuo supuestamente les mostraba un carné -falsificado- que indicaba que era menor de edad y les amenazaba divulgar en redes sociales lo sucedido con el objetivo de arruinarles la vida si no pagaban.

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Los afectados, viendo el cariz que empezaba a tomar el asunto, accedían a entregarle el dinero que llevaban en la cartera con tal de acabar con la situación. Nunca eran cantidades demasiado grandes, por lo que no le parecía suficiente.

Entonces, el sujeto supuestamente continuaba con su extorsión y les obligaba a desplazarse con él hasta un cajero automático para que sacaran más dinero y se lo entregaran, según las denuncias recabadas por la policía.

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La 'operación Wapo' partió de la denuncia de un joven en la comisaría del distrito Centro de la Policía Nacional, cuyo Grupo de Investigación se ha encargado de identificar y detener al presunto autor.

El denunciante contaba un extraño robo en el Centro. A los agentes no les encajó desde el primer minuto, pero dejaron que el propio chico contara la verdad. Lo hizo días después y reconoció que lo había ocultado por vergüenza.

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Según dijo, el joven, al que conoció en Wapo, vino a su casa y, tras tener sexo, le mostró un par de fotos que le había hecho y un DNI diciendo que era menor, amenazándolo con denunciarlo por abusos.

A la policía empezaron a acumulársele las denuncias, todas con el mismo modus operandi. La descripción del autor también encajaba: joven, de veintipocos, bien parecido y tatuado. Pero los investigadores tenían dos hilos del que tirar: los cajeros y los antecedentes.

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Las imágenes de la videovigilancia de los bancos proporcionaron la cara del sospechoso. Aquel rostro les resultaba conocido. Los agentes comprobaron que, en 2019, un joven de características similares había sido detenido por tres denuncias también parecidas en el entorno de la estación de autobuses. Era él.

Los investigadores lo detuvieron hace apenas 10 días y lo pusieron a disposición judicial por cinco denuncias en el distrito Centro, a la que sumaron otra en la zona Oeste. Este lunes, tras la difusión de la noticia, recibieron dos más.

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El dinero obtenido de los perjudicados oscila entre los 400 euros, en el mejor de los casos, y los 1.500 euros, víctima a la que, además, arrebató una cadena de oro.

Los investigadores están convencidos de que existe una cifra negra de afectados, ya que, al tratarse de un delito que se comete en la esfera más íntima, la mayoría no denuncia por vergüenza.

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