Cárcel por abusar durante cinco años de la hija menor de unos amigos en Puerto de la Torre

Irene Quirante

Miércoles, 20 de noviembre 2024, 14:19

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Solo tenía diez años cuando empezó a sufrir los abusos de un amigo íntimo de sus padres, a quien la menor creció llamándolo 'tío'. Los mismos se repitieron y agravaron durante cinco años, lo que ha provocado a la víctima severas secuelas psicológicas, como miedo intenso y generalizado, por las que ha precisado tratamiento. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acaba de confirmar la condena de doce años para el hombre como autor de un delito continuado de agresión sexual a menor de 13 años.

De acuerdo con el apartado de hechos probados de la sentencia, a la que SUR ha tenido acceso, los primeros episodios se remontan a 2009 y tuvieron lugar en el domicilio de la perjudicada, situado en Puerto de la Torre, en el que entonces también residía el procesado. Solían ocurrir cuando se quedaba a solas con la cría, lo que el hombre aprovechaba para inventar distintos juegos de naturaleza sexual para llevar a cabo tocamientos.

En una ocasión, después de que la niña cumpliera once años, el encausado aprovechó la visita de la familia a su domicilio, en Benalmádena, para arrinconar a la víctima en su despensa, donde la besó con lengua en contra de su voluntad. Siguió haciéndolo hasta que cumplió 14. «A partir de esa edad los ataques a la indemnidad sexual de la menor se repitieron continuamente y se agravaron», concluyen los magistrados, para quienes han quedado constatadas las agresiones sexuales.

Todo se destapó en octubre de 2013, cuando el hombre le envió fotografías en la que él aparecía desnudo a su móvil. Fue la madre quien lo descubrió, lo que llevó a los progenitores a cortar todo contacto con el encausado. A raíz de estos hechos, la menor ha sufrido un trastorno de adaptación de tipo mixto ansioso depresivo por el que ha requerido tratamiento psicológico de una asociación especializada en violencia sexual.

Según se expone en la sentencia, entre otras consecuencias, la chica ha padecido un trastorno de estrés postraumático, sueños angustiosos recurrentes, malestar psicológico prolongado, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, además de comportamiento irritable, arrebatos de furia e hipervigilancia.

De igual manera, los hechos le han ocasionado a la perjudicada otras secuelas como miedo intenso y generalizado, problemas de concentración y de sueño, así como una disminución marcada de interés en cuestiones cotidianas, lo que le ha llevado a restringir su participación en actividades sociales o de su vida afectiva.

Entre los años 2016 y 2020, de manera esporádica, el hombre se puso en contacto con la víctima a través del teléfono y por redes sociales, aunque no se pudo constatar en el juicio que la acosaba, según concluyó la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Málaga, tal y como reflejó en la condena de primera instancia.

La misma, a pesar del recurso presentado por la defensa del acusado, ha sido confirmada íntegramente por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Los jueces han desestimado las pretensiones alegadas al considerar que no se incurrió en ningún error de valoración de la prueba. Por lo tanto, ha ratificado la pena de doce años de prisión y la prohibición para el acusado de acercarse a la víctima o comunicarse con ella por un plazo de 15 años.

De igual manera, al procesado se le han impuesto ocho años de libertad vigilada y que indemnice a la perjudicada en la cantidad de 50.000 euros por los daños ocasionados. También tendrá que hacer frente al abono de las costas, incluidas las de la acusación particular.