Ya estaba hasta citada a juicio. Y nada menos que en la localidad vasca de Durango. El motivo: María era la presunta autora de varias ciberestafas. O al menos eso decían los documentos que afloraron en la investigación.
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María es una pensionista de 73 años ... que vive en Rincón de la Victoria y que, según Penaltech, que es el despacho de abogados que la representa, apenas si sabe usar WhatsApp para comunicarse con sus hijos y nietos.
El bufete, que ha logrado paralizar el juicio hasta que se recaben nuevas pruebas, argumenta que unos ciberdelincuentes han obtenido el DNI de María de forma fraudulenta y lo han utilizado para delinquir a su nombre. Es lo que en el argot policial se conoce como 'mulas tecnológicas'.
El pasado mes de mayo, SUR se hizo eco de la preocupación de la Policía Nacional ante la proliferación de este tipo de denuncias, que originan un auténtico calvario en las víctimas de esta suplantación, ya que documentalmente son responsables de delitos que no han cometido.
Como le ha sucedido a María, muchas de ellas son investigadas por la policía y por los jueces, se las incluye en registros de morosos, sacan créditos a su nombre... Un auténtico laberinto legal del que cuesta mucho salir.
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Incluso hay un supuesto más retorcido: utilizan su identidad para crear perfiles en casas de juego online, donde apuestan de forma masiva con tarjetas clonadas y sustraídas a terceros. Y, claro, a veces ganan. Cuando eso ocurre, Hacienda reclama los impuestos al titular del DNI.
Algo así le sucedió a María -según su abogado, Francisco José Peláez-, aunque el fisco aún no ha llegado a tocar a su puerta. Los 'hackers' habrían usado su carné de identidad para crear dos perfiles en casas de juego online, donde apostaron con la tarjeta de crédito sustraída a la vecina vasca, cuya denuncia ha estado a punto de sentar en el banquillo a María.
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La víctima de las ciberestafas, que reside en Durango, puso los hechos en conocimiento de la Ertzaintza el pasado 30 de agosto, lo que motivó la investigación para localizar a la titular de las cuentas de las casas de apuestas que, supuestamente, era quien había hecho uso de las tarjetas bancarias para realizar los cargos fraudulentos.
Las investigaciones dieron lugar a la localización de María, de 73 años, y cuyo único conocimiento informático, según afirma, «consiste en apenas el uso de WhatsApp para hablar con sus hijos y nietos».
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En el mes de octubre de 2021, la vecina de Rincón recibió una citación para acudir a juicio en el País Vasco como acusada, desconociendo por completo el motivo por el que había sido denunciada.
Tras esto, María contrató los servicios jurídicos del despacho de abogados PenalTech, los cuales le recomendaron denunciar lo ocurrido ante los agentes de la autoridad por un delito de suplantación de identidad.
La defensa de María aportó ante el Juzgado la denuncia presentada por su cliente y solicitó la suspensión del procedimiento judicial hasta que se aclarase lo verdaderamente ocurrido.
En palabras del abogado Francisco José Peláez, María es «una víctima más de las acciones del ciberdelincuente» que aún no ha sido descubierto y que probablemente «nunca será localizado».
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El despacho ha solicitado varios medios de prueba para demostrar estas circunstancias y, al día de la fecha, está pendiente de recibirse en el juzgado el resultado de dichas investigaciones, a cargo de las unidades de investigación informática de la Policía Judicial de la Ertzaintza.
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