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Alvaro Frías, Juan Cano, Fernando Torres y Antonio J. Guerrero
Málaga
Domingo, 10 de enero 2021
Eran exactamente las 21.27 horas. Un crío menudo con un abrigo rojo y unas zapatillas del mismo color se aproxima a la puerta de una casa de la calle Rafael Alberti de Fuente de Piedra. No habría nada extraño en ello salvo por el día y las circunstancias en que se produce. Porque ayer la localidad, toda la comarca de Antequera y la provincia de Málaga permanecían en vilo a la espera de noticias del pequeño Óliver, un crío de ocho años desaparecido desde primera hora de la tarde.
El pequeño llama un par de veces y, al ver que nadie abre, se queda parado en mitad de la acera. La escena no pasa inadvertida para los periodistas de SUR, que se encuentran en el lugar desde última hora de la tarde, y para José Fernández Pastor, que vive justo frente a la casa del pequeño (sus hijas van al mismo colegio que él). «¡Eh!, ¿tú eres Óliver?», le preguntan. «Sí, sí», responde el crío. El vecino lo abrazó, sin soltarlo. La pesadilla había terminado.
En cuanto comprobó que se encontraba en buen estado, José Fernández lo metió en su casa, ya que la madre del pequeño no se encontraba en el domicilio (había salido con la Guardia Civil). «Hacía mucho frío», cuenta el vecino. Con su teléfono móvil llamó a la Policía Municipal, que estaba a pocos metros, muy cerca del domicilio. En un minuto tenían delante al menor por el que llevaban horas recorriendo la comarca.
José Fernández Pastor trabaja en el campo y ayer estuvo en Sierra Nevada, ajeno al dispositivo. Lo primero que hizo fue preguntar Óliver por su paradero mientras sus hijas le daban un zumo. «Estaba dando una vuelta», respondió, tranquilo. Poco después, los investigadores de la Guardia Civil se entrevistaron con él para aclarar las circunstancias de su desaparición. Según ha podido saber SUR, les contó que se había enfadado porque su madre le dijo que estudiaray se marchó voluntariamente de casa. Relató que estuvo escondido en un parque cercano hasta que el frío le hizo salir y volver a su domicilio.
Los agentes mantienen abiertas las pesquisas para verificar esta versión, ya que inicialmente se pensó que podía haber subido a un coche en la puerta de su casa. De hecho, el operativo de búsqueda se centró durante las primeras horas en un monovolumen que, al parecer, fue visto en las inmediaciones de la vivienda a la hora en que se produjo la desaparición.
La pista de Oliver se perdió a las cuatro y media de la tarde. El pequeño estaba jugando 'online' a la PlayStation con unas amigas del cole [las crías comentarían más tarde a los agentes que Óliver se desconectó de la partida de pronto, sin avisar]. Al parecer, se vistió, se puso el abrigo y cerró de un portazo. Al escucharlo, la madre salió corriendo tras él. No lo encontró.
A partir de ese momento, comenzó una angustiosa búsqueda en la que la Guardia Civil movilizó a todas sus unidades. También la Policía Local de Fuente de Piedra y de las localidades limítrofes. En realidad, de toda la provincia e incluso de la comunidad, ya que la búsqueda se extendió incluso a las carreteras precisamente siguiendo la pista del monovolumen. Aunque nunca se descartó la fuga voluntaria, la principal hipótesis durante la tarde apuntaba a un secuestro o a que había contactado con alguien que lo había convencido para subir a un coche. También se movilizaron los vecinos, que salieron a buscarlo en sus propios coche y difundieron la desaparición en redes sociales por si alguien se cruzaba con él.
Los agentes empezaron por reconstruir el entorno, como establece el protocolo en los casos de desaparición. La madre apenas lleva un año en Fuente de Piedra, adonde se ha asentado con Óliver y la hermana mayor de éste. El alcalde de la localidad, Siro Pachón, se acercó hasta su casa nada más conocer la noticia de que había sido localizado. En declaraciones a SUR, mostró su satisfacción por la resolución del caso aunque no quiso entrar en detalle de lo que haya podido pasar. «Para eso está la investigación. Lo importante es que ya está en casa y ha quedado en un susto. Ahora lo fundamental es que descanse y vuelvan a la normalidad», expresó el regidor, que quiso dar las gracias a todos los que han hecho posible que la historia tenga un final feliz.
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