Brotes de solidaridad en el corazón de la sierra

Juan Cano y Vanessa Melgar

Málaga

Domingo, 12 de septiembre 2021 | Actualizado 13/09/2021 12:30h.

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Incluso en el peor de los incendios, cuando la tierra se vuelve negra, pueden surgir brotes verdes. En el corazón de Sierra Bermeja, como sucede en cualquier catástrofe, late lo mejor del ser humano: la solidaridad.

Airana (6 años) y Samuel (11) pusieron ayer cara a la empatía. Dos niños de Sabinillas que, desde su casa, ven el monte quemarse y escuchan que hay un grupo de hombres y mujeres luchando para detener el fuego.

«Hola »héroes«, empieza la carta, »desde nuestra terraza vemos la evolución del incendio y vuestro trabajo incansable. Pedimos continuamente que esta pesadilla termine. Ojalá sea pronto«. La misiva acaba así: »Os queremos enviar mucho ánimo y fuerza para seguir. Muchas gracias por vuestro trabajo, por cuidarnos y protegernos«.

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Clara y Rocío, dos niñas más o menos de la misma edad, se acercaron incluso al Puesto de Mando Avanzado (PMA), en el Palacio de Congresos de Estepona, para entregarle a los responsables del dispositivo unos dibujos que les han dedicado dándoles las gracias.

El Infoca compartió en su cuenta de Twitter que, en Estepona, una abogada del Ayuntamiento, una optometrista de San Pedro Alcántara, una cajera de Carrefour y un coordinador de Protección Civil acudieron al Palacio de Congresos de Estepona a preparar bocadillos. «No nos salen las palabras y sí alguna que otra lágrima. ¡Qué generosa es la Costa del Sol», publicó en su red social.

En Algatocín, adonde llegaron los primeros desalojados, se habilitaron varios espacios municipales, como el salón de la juventud o el gimnasio. A partir de ese momento, numerosos vecinos del pueblo acudieron con todo lo necesario para desayunar, como café, pan, zumo, leche o galletas.

Toda la comida se fue almacenando en el punto joven, la antigua biblioteca del pueblo, donde se acumulaban las bolsas que fue llevando la gente con otro tipo de productos, en previsión de que el desalojo se pudiera prolongar.

En Algatocín hay un supermercado, 'Súper Valle del Genal', que por sus dimensiones atiende no sólo al pueblo sino también a los de los alrededores, que se volcó también en donar alimentos para las familias que habían tenido que ser evacuadas de sus casas.

Al llegar el mediodía, los vecinos de esta localidad se organizaron para hacer una paella con la que dar de comer a estas personas. Estaban más nerviosos los vecinos por ayudar, que los propios desalojados.

Pero la ola de solidaridad no acabó ahí. A ella se subieron los pueblos de la zona, como Benarrabá, Gaucín, Cortes de la Frontera o Benalauría, que utilizaron los vehículos municipales para llevar a Algatocín todos los artículos que iban donando los vecinos de sus localidades.

Los vecinos de Algatocín abrieron sus casas de par en par para alojar a los evacuados, aunque la mayoría pudo instalarse en casas de familiares en la zona y, los que no, fueron derivados a Ronda.

La Ciudad del Tajo también se volcó en atender a los desalojados y numerosos vecinos -especialmente de las hermandades- se ofrecieron como voluntarios para ayudar en la asistencia a los desalojados o llevando comida.

De hecho, la alcaldesa, María de la Paz Fernández, agradeció esa corriente de la solidaridad -«estoy muy orgullosa de Ronda y de todos los pueblos de la comarca», dijo- y tuvo incluso que pedir que no enviaran más comida porque ya no era necesaria.

La solidaridad también estuvo al volante del coche de Raquel Mena, que se dedicó a dar viajes en su coche particular para llevar a sus vecinos de Alpandeire hasta Ronda al anunciarse el desalojo de su pueblo.

Fran Pérez es cortador profesional de jamón y fue miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME) -participó en extinciones de incendios en Algeciras y Mojácar, entre otros- hasta que, en 2010, un accidente volviendo de unas maniobras lo apartó del servicio activo. Ayer, participó en un concurso de corte y le dedicó su plato a sus compañeros y a todos aquellos que defienden la montaña: «Enseñar a cuidar el medio ambiente es enseñar a valorar la vida. Este plato va dedicado a Sierra Bermeja y a todas aquellas personas que luchan por salvarla». Quedó tercero, pero ganó el premio creativo por su dedicatoria.