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Había ido a buscar a un amigo con el que quedó en un bar de Nueva Málaga. Ya era tarde, en torno a las tres de la madrugada, y el dueño del local no le permitió pasar al establecimiento porque ya no servían más consumiciones. Esto, al parecer, dio lugar a ciertas desavenencias y a una conversación que se acabó subiendo de tono. «Cuando me di la vuelta para irme me llevé el primer botellazo en la cabeza por la espalda; al girarme recibí otro en la frente», cuenta el denunciante, de 45 años, en declaraciones a SUR.
Como informó ayer la Comisaría Provincial, la agresión se produjo en la calle José Iturbi en la madrugada del 28 de agosto y la Policía Nacional detuvo a un individuo de 57 años por su presunta relación con estos hechos. Al parecer, esta persona es un familiar del propietario del local y se encontraba allí con su pareja mientras la hija de esta, de nueve años, esperaba sola en el interior de un vehículo aparcado frente al local.
«Me zafé de ellos como pude porque tenía la cabeza llena de sangre y apenas podía ver», continúa relatando la víctima, quien prefiere mantenerse en el anonimato. Como resultado de las lesiones, el hombre fue trasladado al servicio de Urgencias del Hospital Regional Universitario, donde fue intervenido con 16 puntos de sutura, diez de ellos en la zona trasera de la cabeza y otros seis en la frente.
Tras librarse del supuesto agresor se alejó del lugar, «conmocionado y en un alto estado de nerviosismo» por el dolor de las lesiones y la cantidad de sangre que emanaba de las heridas, como se expone en la denuncia que interpuso al día siguiente en comisaría. Así, mientras se alejaba andando descalzo de un pie –perdió una de las chanclas durante el altercado– llamó al CIMACC 091 para avisar de lo que había ocurrido.
Instantes después una patrulla se personó en la calle Martínez de la Rosa, donde se encontraba el perjudicado. Tras relatar lo sucedido, acompañó a los agentes en su vehículo para dar una batida por la zona en la que tuvo lugar la agresión, encontrando en la puerta del mismo establecimiento al supuesto responsable de las lesiones.
Menor en el coche
Así, mientras los policías acercaron a la víctima al hospital, otros agentes se personaron en el local e identificaron al presunto autor de la agresión con un botellín de cerveza. En el transcurso de las pesquisas, además, los efectivos observaron que había una menor, de nueve años, que se encontraba sola en el interior de un coche que estaba aparcado frente al establecimiento.
La propia niña relató a los funcionarios que estaba esperando a su madre, que había entrado con su pareja al bar mientras ella aguardaba en el coche. El hombre relacionado con la niña resultó ser el presunto autor de las lesiones, que estaba en el bar junto a su novia y madre de la niña.
Ambos, además, habrían reconocido a la patrulla que estaban tomando algo y que la pequeña se quedó en el coche porque el bar no permitía la entrada a menores, lo que ha sido puesto en conocimiento de las autoridades competentes.
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