Primeras órdenes de alejamiento del Centro contra miembros de la banda del patinete

La situación se volvió insostenible tras el verano. El punto álgido llegó en el puente del Pilar. En esos momentos, la banda del patinete, integrada por 30 jóvenes organizados para robar, arrasaba cada noche la zona de ocio del Centro de Málaga.

A mediados de octubre, los hosteleros recurrieron desesperados a los mandos policiales y al alcalde para poner fin a una situación que empezaba a incomodar a los ciudadanos y que, además, dañaba seriamente la imagen de Málaga como ciudad turística.

Algo ha cambiado desde entonces. Lo reconocen, agradecidos, los propios empresarios de la noche. La presión policial empezó a alejar a estos delincuentes del casco antiguo, aunque las detenciones, pese a su reiteración, no acababan de tener un efecto disuasorio.

La solución proviene ahora del ámbito judicial: algunos magistrados han comenzado a dictar las primeras órdenes para desterrarlos del Centro. De hecho, como confirman desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), ya se están produciendo detenciones precisamente por no respetar la prohibición.

Sucedió, sin ir más lejos, hace unos días, cuando una patrulla de la Policía Local recibió un aviso de la sala del 092 de que un grupo de tres magrebíes habían hurtado un bolso a una chica. Los agentes detectaron en la plaza de la Merced a tres chavales que encajaban con la descripción.

Al identificar a los sospechosos, comprobaron que uno de ellos llevaba encima un bolso Louis Vuitton del que no pudo acreditar procedencia. Los policías lo intervinieron en depósito por si era el que previamente había sido sustraído a la chica que alertó al 092.

Pero, además, al chequear la identidad del joven, saltó en la base de datos policial que tenía una orden de alejamiento de 500 metros de la calle Luis de Velázquez. Tras comprobar que estaba vigente, los agentes midieron la distancia que había desde la plaza de la Merced: 338 metros. Volvieron a detenerlo. El TJSA indicó que aún tiene pendiente este juicio.

Las medidas de alejamiento son, para la policía, una herramienta clave para combatir la actividad de este grupo organizado, que ha hecho estragos en el casco antiguo, especialmente entre octubre y enero, cuando se llegó a contabilizar una media mensual de 40 hurtos y robos atribuidos directamente a miembros de la banda del patinete. Ya no necesitan sorprenderlos actuando para detenerlos. Les basta con su mera presencia.

Y eso sin incluir la cifra negra aparejada a estos delitos, de poca gravedad (se apoderaban de un móvil o un bolso con unos cuantos euros) pero de alta intensidad (podían arrasar el centro en una noche), lo que provoca, con frecuencia, que las víctimas no lleguen a interponer denuncia.

A partir del cambio de año, la situación empezó a atenuarse tras el refuerzo de la vigilancia de Policía Nacional y Local, que intensificaron las identificaciones de sospechosos entre la una y las siete de la mañana, detalla el concejal de Seguridad, Avelino Barrionuevo. De las 40 denuncias se pasó a una media de 15-18 casos mensuales. Ahora, con las órdenes de alejamiento, la casuística está bajando aún más, añaden las fuentes.

La zona de influencia, a la que aluden los autos que empiezan a prohibirles pisar el Centro, está dentro de una especie de cuadrado que encierra la mayoría de discotecas y bares, estando afectadas, entre otras, las calles Denis Belgrano, Beatas, Luis de Velázquez, Santa Lucías, Comedias, Convalecientes y las plazas de Uncibay y los Mártires.

El presidente de la asociación Málaga de Noche, Juan Rambla, reconoce que se percibe una disminución en la actividad de esta banda y se muestra satisfecho de que el problema empiece a solucionarse.

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