Se busca al autor del crimen del joven Ulrich en Estepona: alto, rubio y con un Mercedes blanco de matrícula inglesa

Juan Cano y Fernando Torres

Málaga

Viernes, 20 de noviembre 2020, 00:37 | Actualizado 07:07h.

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Se llamaba Ulrich y tenía 19 años. Vivía en un piso de la urbanización Las Acacias, en Estepona, con sus padres y sus dos hermanos. La mayor tiene 22 y el pequeño, al que ya no verá crecer, solo 3. Y todo por una absurda discusión de tráfico –al menos eso indica la investigación policial– en la que el conductor al que llamó la atención, porque casi le atropella, supuestamente tiró de navaja y acabó con su vida.

El apuñalamiento tuvo lugar a las dos y media de la tarde del miércoles, por tanto, a la vista de numerosos testigos que en esos instantes iban o venían de hacer compras, de recoger a sus hijos del colegio o de sus trabajos. Al parecer, la víctima volvía del supermercado del barrio y llevaba en las manos un par de bolsas de plástico cuando fue abordada de forma sorpresiva por el agresor.

De hecho, circulan por las redes sociales y los servicios de mensajería diferentes archivos de audio a los que los investigadores han tenido acceso y que detallan cómo pudo ocurrir el suceso. No sólo eso. Los testigos localizados hasta el momento apuntan también hacia la hipótesis de la discusión de tráfico como detonante del crimen, lo que lleva a la policía a decantarse por ese móvil del crimen.

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Según estas versiones, el joven se disponía a cruzar la calzada por un paso de peatones cuando, al parecer, estuvo a punto de ser atropellado por un Mercedes de color blanco. El chico le recriminó que iba a gran velocidad y, siempre según estos testigos, el conductor dio un frenazo y se bajó.

A partir de ahí, un par de voces y la agresión con arma blanca. Pese a que el joven llegó a pedir ayuda, no se pudo hacer nada por su vida. Un cliente de una clínica veterinaria cercana se asomó a la ventana al escuchar los gritos y vio al joven herido, por lo que acudió corriendo con varias gasas para taponarle la herida. Desde la calle, las personas que trataban de socorrerlo gritaron a los vecinos del edificio que bajaran con toallas. Una de las que lo hizo fue la madre de Ulrich.

La puñalada era mortal: le alcanzó el corazón. El joven falleció allí mismo, dejando una familia completamente destrozada. También a su grupo de amigos, que ayer colocaron una foto del equipo de fútbol y encendieron velas en el lugar donde murió. Ulrich era muy querido en el vecindario. En las tiendas han iniciado una colecta con huchas para ayudar a los padres con los gastos del sepelio. «Era muy buen chaval, noble y educado. Nunca ha dado problemas», comenta un vecino. Según cuenta, Ulrich trabajaba en las taquillas de los cines, pero la pandemia de la Covid-19 lo dejó temporalmente sin trabajo.

La policía trata ahora de identificar al autor material del crimen, que al parecer iba con una mujer, y que huyó del lugar justo después del apuñalamiento. La única pista, por ahora, es el vehículo, de matrícula inglesa y con el volante a la derecha. Y los testimonios de los testigos: alto, rubio y corpulento.