Reducen a un hombre que se atrincheró con su pareja armado con un cuchillo y un perro peligroso

«¡Suelta el cuchillo, deja que salga la mujer!», gritaban desde la puerta dos policías locales. En la calle se escuchaban los gritos del perro, un fila brasileño, raza considerada potencialmente peligrosa. La expresión corporal de los agentes reflejaba la tensión del momento. Incluso, uno de ellos amartilló su arma reglamentaria por si se veía en la obligación de utilizarla. No fue necesario. El hombre pudo ser reducido.

Al detenido, de 32 años, se le leyeron los derechos por presuntos delitos de violencia de género con agresiones y amenazas esgrimiendo armas blancas, además de la supuesta detención ilegal de la mujer, a la que, según el atestado policial, impedía salir de la vivienda.

Ocurrió minutos antes de las 11.00 horas del pasado 7 de enero en un local habilitado como vivienda en la capital. Unos vecinos de la zona, testigos de lo ocurrido, telefonearon a la sala del 092 de la Policía Local. Según el aviso, una pareja se estaba peleando y, en la riña, dieron patadas a la puerta, lo que provocó que varios cristales cayeran al exterior.

La primera patrulla sólo tardó un par de minutos en llegar. Desde el exterior, los agentes vieron que el hombre se encontraba muy violento y que llevaba encima un cuchillo y un destornillador, según han informado fuentes cercanas al caso.

La mujer les dijo que había sido agredida por él y que no la dejaba salir; de hecho, había roto la llave por dentro para bloquear la puerta e impedirle que saliera. Los policías locales vieron que la víctima tenía una herida en la cara y que sangraba por una mano.

Los funcionarios trataron de conversar con él para conseguir que entregara las armas; en lugar de eso, se mostró cada vez más agresivo y se negó a abrir la puerta. Incluso, amenazó con agredir a la mujer o autolesionarse.

Los policías vieron desde la puerta cómo el individuo levantaba la mano en la que llevaba el cuchillo. A los agentes les pareció que pretendía atacar con él a la mujer y, ante la situación de peligro inminente, uno de ellos forzó la puerta y entró junto a sus compañeros en el inmueble.

En ese momento, el hombre intentó herirse con el destornillador mientras la mujer trataba de impedírselo. No obstante, pudo ser desarmado y reducido por los policías locales, que salvaguardaron la integridad física de ambos.

La pareja llevaría algo más de dos años conviviendo, periodo en el que, según los testimonios recabados, habían sido continuos los episodios de violencia hacia la mujer por parte del individuo. Ella contó a los policías que, en esta última ocasión, llegó a agarrarla del cuello y golpearla en el rostro, así como a amenazarla con el cuchillo y el destornillador.

No en vano, la pasada Navidad la mujer presentó una denuncia contra él en la que indicaba que le había agarrado del cuello y le había arrojado lejía, aunque posteriormente decidió retirarla. Y ahora ha ocurrido lo mismo. La víctima no quiso ser asistida por un médico -pese a que presentaba lesiones- y de nuevo rehusó denunciar a su pareja.

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