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El relato de la víctima era aterrador. La arrastraron por el suelo, le causaron cortes en los dedos, le prendieron fuego al sofá y la encerraron en una habitación. Una violencia desmedida que tenía como único objetivo que les entregara el dinero que ellos creían que había en la vivienda. Pero la mujer, de 64 años, solo tenía 200 euros.
Los hechos sucedieron el 29 de abril sobre las 17:15 horas en la barriada de Puerto de la Torre, en Málaga capital. La sala del 091 de la Policía Nacional recibió una llamada de un hombre alarmado por los gritos desesperados que se escuchaban en la casa de una vecina. La comisaría movilizó a las unidades más cercanas.
Los ladrones justo estaban saliendo del domicilio cuando la primera patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana llegó al lugar. Al percatarse de la presencia policial, ambos se dieron la vuelta y se refugiaron dentro de la vivienda.
Los agentes entraron en el inmueble y localizaron a uno de los asaltantes, que se había atrincherado en una habitación armado con dos cuchillos. Cuando franquearon la puerta, el individuo llegó a enfrentarse a ellos esgrimiendo el arma blanca, lo que obligó a los funcionarios a empuñar su arma reglamentaria.
Finalmente, el delincuente, de 49 años, entregó los dos cuchillos y pudo ser reducido. También llevaba encima cinta de embalar. Sin embargo, su compinche logró escapar por otra puerta de la vivienda y se dio a la fuga. Las pesquisas policiales permitieron descubrir qué vehículo había empleado en su huida: un coche de color champán.
Los agentes sofocaron un incendio provocado por los asaltantes en el sofá de la casa y socorrieron a la mujer, que estaba encerrada en un cuarto. Tras tranquilizarla, se entrevistaron con ella para saber qué había ocurrido.
Según el testimonio de la víctima, una mujer tocó a la puerta de su domicilio para hacerle una consulta. Pero el amable requerimiento escondía una trampa. Dos hombres con gorra y mascarilla irrumpieron en la casa y la condujeron a una habitación.
Los asaltantes le colocaron un cuchillo en el cuello, le practicaron cortes en un par de dedos y la arrastraron por el suelo. Además, prendieron fuego a un sofá para intimidarla y que les entregara el dinero que ellos creían que guardaba en la vivienda. Sin embargo, tras registrar toda la casa, consiguieron un botín de apenas 200 euros.
A partir de ahí, el Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga se hizo cargo de la investigación. Los agentes siguieron la pista del automóvil color champán. Y esa línea de trabajo les condujo hasta Cártama, donde localizaron el turismo aparcado en la calle.
Los investigadores lograron relacionar el vehículo con su usuario, un hombre de 50 años, y a éste con la mujer que actuó de gancho, de 48. Ambos son españoles y fueron detenidos. Los dos varones han ingresado en prisión, mientras que ella quedó en libertad con cargos. Con estos arrestos, la policía da por esclarecido el caso.
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