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Casco de moto y un hacha en la mano. La indumentaria de ambos asaltantes dejaba claras sus intenciones. Cuando entraron en la vivienda, ubicada en Benalmádena, lo hicieron a gritos y amenazando a la pareja que dormía en su interior. A los pocos segundos de asalto no dudaron en usar las armas y atacaron al hombre, que se llevó un hachazo en el cráneo y otro en el brazo. El botín de los ladrones consistió en 5.000 euros y dos teléfonos móviles. Ahora han sido condenados respectivamente a pasar diez años y dos meses y nueve años y cinco meses en prisión respectivamente, por los delitos de robo con fuerza y lesiones.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 30 de octubre de 2018. Los ahora condenados actuaron, según la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, actuaron «con ánimo de ilícito beneficio», habiendo acordado «previamente» la forma en la que iban a perpetrar el robo.
Los procesados corrieron al dormitorio de la vivienda, donde se encontraba la pareja, y empezaron a gritarles diciéndoles que les dieran el dinero. Las víctimas corrieron a refugiarse en el baño mientras que el hombre cubría a la mujer con su cuerpo para protegerla, momento en el que recibió un hachazo en el brazo -consiguió esquivar un segundo golpe, que fue a parar a la pared-. El tercer impacto le alcanzó en la cabeza y en el hombro, causándole lesiones que tardaron dos meses en sanar.
Una vez la pareja se había refugiado en el baño, uno de los dos asaltantes comenzó a dar hachazos a la puerta de la estancia mientras el otro forzaba la cerradura de la caja de seguridad y accedió a 5.000 euros en efectivo, a la vez que cogió dos teléfonos (un iPhone y un LG). En su huida, sin embargo, uno de los ladrones se dejó sobre la mesa de la cocina su propio teléfono móvil.
Inicialmente estos hechos fueron procesados como robo con fuerza y asesinato, pero en la sentencia, el presidente de la Sección Segunda concluye que, a la luz del juicio, la agresión con el hacha implica únicamente un delito de lesiones.
Uno de los asaltantes, que tiene múltiples condenas por delitos similares en juzgados españoles y franceses, ha sido condenado a cinco años y dos meses por el delito de robo -concurre la multirreincidencia por la diversidad de sentencias por ilícitos similares- y siete años por las lesiones. El otro ladrón afrontará cuatro años y cinco meses de prisión por el robo y cinco años por las lesiones. Ninguno de los dos podrá acercarse a menos de medio kilómetro de las víctimas, sus residencias o espacios de trabajo.
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