Un funcionario de Aduanas de Málaga ha sido detenido por su presunta pertenencia a una organización criminal dedicada al tráfico internacional de droga, que ha sido desmantelada por agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). Al parecer, el sospechoso era quien se encargaba de la inspección y el control de contenedores, puesto del que, a juicio de los investigadores, se habría aprovechado para facilitar la entrada de 1.822 kilos de cocaína a través del puerto malagueño desde Sudamérica.
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Otras doce personas han sido detenidas en el marco de esta operación, que se inició en febrero del año pasado. Entre ellas también hay un empresario del sector de la alimentación refrigerada, cuya compañía tiene sede en Málaga. Presuntamente, este arrestado era colaborador de la autoridad portuaria, a la que había cedido un escáner de su propiedad para la detección de sustancias estupefacientes. Ello, según han informado los distintos cuerpos policiales implicados en la investigación, le permitía ostentar una posición privilegiada para introducir las partidas de droga del entramado criminal del que supuestamente formaba parte.
Los efectivos consideran que tanto el funcionario público como el empresario fueron los artífices de una férrea infraestructura con la que habrían llegado a introducir en Málaga 1.822 kilos de cocaína, que fueron aprehendidos en cuatro actuaciones diferentes por parte de la UDYCO Costa del Sol de la Policía Nacional, la EDOA de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria.
La operación 'Despedida-Adiós-Bragalia'- dio comienzo hace un año tras descubrir los agentes un alijo de 611 kilos de cocaína oculto en un cargamento de bananas. Dicha droga fue intervenida precisamente en las instalaciones de la sociedad del sector de frutas y hortalizas refrigerantes, con sede social en Málaga. Así, las sospechas se centraron en un primer instante sobre el responsable de la entidad, quien, además, colaboraba con la autoridad portuaria con la cesión de un potente escáner de detección de sustancias.
Inicialmente, las inspecciones de contenedores bajo sospecha de albergar mercancía ilícita se realizaban en la sede de la empresa en la que se hallaba físicamente el escáner. Al tiempo, la misma compañía colaboradora obtuvo una concesión en el puerto por la que la máquina de detección de sustancias fue trasladada a las instalaciones portuarias. Una maniobra que el sospechoso habría aprovechado para nombrar a uno de sus propios trabajadores como «representante aduanero», quien se encargaba del control de dicho dispositivo.
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Tras una primera aprehensión, los agentes detectaron indicios sospechosos de criminalidad en el empresario, centrando las pesquisas sobre su persona, su círculo familiar más cercano y los empleados de la compañía, así como terceras personas relacionadas con el tráfico de drogas. En el transcurso de las averiguaciones, los investigadores encontraron, además, sospechas que incriminarían a un funcionario de Aduanas.
A mediados de junio, en otras dos nuevas incautaciones, agentes de los tres cuerpos intervinieron 25 y 381 kilogramos de cocaína, entre un cargamento de piñas, siendo arrestados el empresario sospechoso y un transportista que trasladaba la droga hasta la sede de la empresa, en la que intentaron manipular y extraer la cocaína.
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Una cuarta aprehensión de droga se llevó a cabo en agosto de 2023, por parte de la Guardia Civil, en Santa Fe (Granada), con otros 805 kilogramos de cocaína intervenidos, procedentes también del Puerto de Málaga. En esta ocasión, la droga iba oculta tras un falso tabique, al fondo de un contenedor con mercancía legal -este procedimiento para camuflar la droga se conoce en el argot policial con el nombre de «fondo espejo»-.
Tras varias aprehensiones, los investigadores estrecharon el cerco sobre los miembros del entramado, logrando identificar al resto de los miembros de la organización delictiva que habían tenido participación en los hechos investigados. Finalmente, en la fase de explotación de la operación, se practicaron nueve registros: cinco en Málaga, dos en Torremolinos (Málaga), uno en Sierra de Yeguas (Málaga) y otro en Guadix (Granada).
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La investigación concluyó con la detención de 13 personas, todas ellas en la provincia de Málaga. El último de los arrestos se produjo el 29 de enero de 2024, tratándose de uno de los cabecillas del entramado y uno de los responsables directos de la droga incautada, el cual permanecía fugado hasta ser finalmente localizado.
Se les atribuye, atendiendo a la participación de cada uno, la comisión de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, revelación de secretos, cohecho y blanqueo de capitales. De los hechos conoce el Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga, habiéndose decretado el ingreso en prisión provisional para seis de los detenidos.
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