Secciones
Servicios
Destacamos
carlos pérez cruz
Martes, 25 de septiembre 2018, 18:23
Valentino Dixon entró en la cárcel con 21 años para pasar allí el resto de su vida por un crimen que no cometió y salió libre hace unos días. De no haberse producido este giro radial, aún le faltarían doce años para poder solicitar ... la libertad condicional.
Pero su salida ha sido posible gracias al abogado Marty Tankleff, que pasó 17 años entre rejas por un doble asesinato que tampoco cometió: el de sus propios padres. Tankleff salió libre en 2007 y ahora, junto a Marc Howard, profesor en la Universidad de Georgetown, trabaja para ayudar a personas que consideran injustamente encarceladas.
Marty y Marc, que se conocen desde la infancia, dirigieron hace unos meses en Georgetown un curso cuyo objetivo es estudiar casos de condenados que llevan años clamando por su inocencia. En uno de ellos, el de Dixon, se concentraron Julie Fragonas, Isobella Goonetillake y Naoya Johnson, tres alumnas cuyo trabajo ha resultado crucial para cambiar el curso de los acontecimientos, según recoge ABC
La pesadilla de Valentino Dixon empezó de madrugada el 10 de agosto de 1991 en Buffalo, Nueva York. Estaba comprando cerveza cuando oyó unos disparos. Salió a la calle a mirar y, al ver la escena, corrió a su coche para largarse de ahí. Estaba en libertad bajo fianza por tráfico de cocaína y no quería problemas. Se había producido una pelea que acabó a tiros y dejó un muerto, Torriano Jackson, y varios heridos. Al día siguiente, la policía le detuvo a Dixon, pero él estaba tranquilo. ¿Cómo no estarlo cuando la zona estaba llena de testigos?
Más tranquilo se debió de quedar cuando a los dos días el autor del asesinato confesó ante las cámaras de una televisión local. LaMarr Scott, que tenía 19 años, explicó que él había disparado y que «la razón por la que [Torriano] murió es porque yo no logré controlar la automática». ¡Caso cerrado! Sorprendentemente, Scott no fue ni detenido cuando, acompañado del padre de Valentino, se entregó a la policía.
El fiscal Chris Belling acusó al padre de haberlo coaccionado para declararse culpable. Sin embargo, salvo cuando fue presionado por el fiscal, LaMarr Scott ha reconocido siempre ser el autor del crimen. También el pasado miércoles ante la corte que dejó libre a Dixon. Ironías del destino, dos años después de los hechos, Scott se convirtió en compañero de prisión de Valentino por dejar tetraplégico a un adolescente en otro tiroteo.
En 2012, Golf Digest hizo un reportaje sobre él y puso el foco mediático sobre el caso. Su hija, Valentina, recaudaba fondos vendiendo los dibujos, pero Valentino languidecía entre apelaciones rechazadas y perdones que nunca llegaban. Hasta que las tres alumnas de Georgetown encontraron petróleo. Durante la entrevista que hicieron al fiscal del caso, Chris Belling, éste se mantuvo inmutable. Pero soltó una bomba: los análisis de pólvora en la ropa y las manos de Dixon habían dado negativo. Nunca lo comunicó a la defensa, algo a lo que están obligados desde una sentencia del Tribunal Supremo de 1963. Su hallazgo fue fundamental para que, desde el pasado miércoles, Valentino Dixon sea un hombre libre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.