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Cada año alrededor de 270.000 niños tienen un episodio de Bronquiolitis Aguda por el Virus Respiratorio Sincitial.
La bronquiolitis ataca de nuevo

La bronquiolitis ataca de nuevo

Cada año 270.000 niños sufren en España un episodio agudo del Virus Respiratorio Sincitial. Más de 20.000 acaban hospitalizados, como los mellizos Irene y Bruno

lucía palacios

Martes, 22 de marzo 2016, 09:33

Irene y Bruno nacieron con apenas 29 semanas de gestación. A la angustia que les supuso a sus padres tener a sus mellizos de forma prematura e ingresados en una incubadora, se unió otra aún mayor: con apenas 15 días de vida los pequeños se vieron atacados por la bronquiolitis, la infección respiratoria más frecuente en los lactantes y que se ha convertido en la mayor pesadilla de los padres durante el invierno. «No entendía qué era hasta que no me los llevé a casa», explica Belice, su madre. Ahora los bebés tienen un año, pero este virus se ha convertido en parte de sus vidas: «La dinámica es entrar y salir de la bronquiolitis continuamente, salvo en verano».

El episodio más fuerte sucedió cuando tenían seis meses y tuvieron una crisis muy aguda. De nuevo estuvieron ingresados casi un mes en el hospital, una semana entera en la UCI. Comenzaron con mocos y tos, una tos que, a medida que pasan los días, se convierte en más profunda y con flemas. A partir de ahí ya empiezan con pitos, respiran con dificultad, se les marcan las costillas y las fosas nasales... «Su aspecto físico cambia, se les nota mucho más cansados, no quieren jugar, solo quieren estar dormidos», recuerda Belice.

Irene y Bruno desde junio pasado tienen un tratamiento fijo con aerosoles y revisiones periódicas con el neumólogo. Sus padres siguen estrictamente una serie de medidas para tratar de evitar una nueva recaída: hacerles lavados nasales, tener su cuna incorporada 30 grados porque eso les ayuda a respirar mejor, ventilar su cuarto todas las mañanas, no tener peluches en su habitación, ni cortinas ni alfombras, no usar mantas con pelo, lavarse las manos de manera frecuente, evitar aglomeraciones y el contacto con personas que estén enfermas...

«No hay un tratamiento para este virus»

  • prevención

  • «Realmente no hay un tratamiento una vez se produce la bronquiolitis», admite Aurora Pimentel, gerente de la ONG Alianza Aire, que tiene como misión defender a los niños más vulnerables ante las Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) y sensibilizar a este respecto.

  • Por esta razón, y porque es la principal causa de hospitalización de niños menores de dos años, a los que puede dejar secuelas, es tan importante la profilaxis. Pese a que «no hay una prevención segura y total», Pimentel hace hincapié en que «hay que incidir en una serie de medidas que nosotros promocionamos y que a veces las familias obvian o minimizan».

  • Así, explica la experta, el «sencillo gesto» de lavarse las manos es básico para ayudar a prevenir no sólo la bronquiolitis, sino gripes, catarros y otras enfermedades.

  • Junto a las manos, hay que promover la limpieza de superficies y objetos que los niños tienen y que pueden servir para difundir el contagio. Además, Pimentel pide evitar que se fume delante de los más pequeños, un ámbito en el que «todavía queda mucho por hacer en España», y fomentar la lactancia materna al menos durante los seis primeros meses de vida.

  • Asimismo, habla de la importancia de hábitos como evitar ambientes cerrados y con aglomeraciones o con potenciales enfermos cuando se va con un bebé, ventilar la casa, estornudar tapándonos con el interior del codo y no con la mano, valorar bien si en estación epidémica conviene que un niño de pocos meses vaya a la guardería o a una consulta si no es estrictamente necesario, etcétera.

  • Por último, avisa de que existe un tratamiento preventivo farmacológico de uso intrahospitalario que debe administrarse mensualmente durante la estación epidémica a determinados niños de los grupos de riesgo.

Como Irene y Bruno, cada año alrededor de 270.000 niños tienen un episodio de Bronquiolitis Aguda por el Virus Respiratorio Sincitial (BAVRS), de los que unos 100.000 son menores de dos años, 80.000 incluso de apenas unos meses. Y de ellos, 20.000 acaban hospitalizados en España a causa de esta infección.

Poco letal

En estos momentos los hospitales están llenos de pequeñajos tratando de echar fuera de su cuerpo este virus que, por suerte, pocas veces suele ser letal. No es que este año se esté dando un mayor número de casos, pero sí parece que se han concentrado en unos meses concretos. Y es que la peor época es de octubre a marzo, principalmente diciembre, enero y febrero, debido a que el frío favorece la estabilidad de este tipo de virus, que además puede sobrevivir hasta siete horas en las superficies.

«Sorprende que tratándose de un proceso tan frecuente, que afecta año tras año a nuestra población infantil más pequeña, el conocimiento sobre la bronquiolitis y lo que puede suponer sea muy pequeño», manifiesta María del Carmen Luna Paredes, coordinadora del área de Neumología y Alergia Infantil del Hospital Materno-Infantil Doce de Octubre (Madrid), que hace hincapié en que los niños que hayan sido prematuros o que presentan alguna enfermedad de base tienen una mayor predisposición a sufrir episodios graves. Además, este grupo es el que presenta un riesgo de mortalidad 17 veces más elevado que los niños sin factores de riesgo.

La pregunta que se hacen muchos padres es ¿cómo distinguir un catarro fuerte de la bronquiolitis? No cabe duda de que el que mejor lo sabe es el pediatra, pero hay algunos síntomas que nos deben hacer estar en alerta: ruidos en el pecho o sibilancias, dificultad respiratoria (al bebé se le marcan las costillas y el abdomen se mueve mucho), inapetencia, somnolencia y decaimiento, coloración azulada en los labios o puntas de los dedos... ¿Y cómo se transmite? Al tratarse de una infección respiratoria, se transmite a través de la saliva o mocos de una persona infectada, y se propaga fácilmente en el seno de la familia, en las guarderías y en las salas de los hospitales o centros sanitarios.

La doctora Luna explica que no hay un tratamiento que haya demostrado su eficacia frente a la bronquiolitis, ni a la hora de evitar ingresos ni a la hora de disminuir su duración. En estas infecciones causadas por un virus, los antibióticos no dan resultado ni tampoco los mucolíticos. Lo único que se administra son medidas de soporte, como hacer lavados nasales, fraccionar las tomas para que no se cansen al comer y, en ocasiones, se emplean broncodilatadores para intentar disminuir un poco la obstrucción respiratoria, aunque no siempre son efectivos. Las secuelas que deja añade es que aquellos niños que han sufrido crisis agudas normalmente tienen más episodios de broncoespasmos o sibilancias de repetición en los años siguientes.

Para reducir el impacto del VRS esta neumóloga aboga por concienciar a la población de la existencia de esta enfermedad y sus consecuencias en los más pequeños, puesto que «los padres probablemente infravaloran este virus por falta de conocimiento». Y eso que, en contra de lo que la gente piensa, la bronquiolitis siempre ha estado ahí, también en la época de nuestros abuelos y antes. Por eso es más que conveniente hacer campañas para hacer llegar la información a la población. Campañas como la que desde el año pasado lanza la ONGAlianza Aire, #StopBronquiolitis, centrada en la prevención en familias y entornos infantiles.

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