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Los expertos lo tienen claro: el Covid-19 tiene varias vías para provocar afectación neurológica. Las investigaciones al respecto se han sucedido durante este tiempo de pandemia y, en esta carrera por conocer más sobre el virus, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha ampliado sus datos sobre las secuelas neurológicas del coronavirus en un intento de responder a las preguntas que la enfermedad ha gerenado en torno a cuestiones como: ¿puede el SARS-CoV-2 infectar el sistema nervioso central?, ¿cuáles son los principales síntomas neurológicos que se han detectado en pacientes Covid-19?
Uno de los últimos estudios que se han realizado hasta la fecha señala que el 60% de los pacientes hospitalizados por Covid tuvieron síntomas neurológicos, aunque en el 85% de los casos fueron síntomas leves e inespecíficos. Otro estudio reciente realizado en España revela que el 51% de pacientes que ha sobrevivido al Covid-19 han desarrollado secuelas que pueden prolongarse incluso un año. No obstante, uno de los aspectos que más preocupaba a la comunidad científica y que parece que ha quedado descartado es que el Covid-19 invada de manera directa el sistema nervioso central. De hecho, esta posibilidad resulta «anecdótica y muy poco probable», como considera el doctor Pere Cardona Portela, neurólogo del Hospital Universitari de Bellvitge.
A pesar de ser de los menos frecuentes, los casos de ictus en pacientes con coronavirus son mucho más graves, apuntan desde la SEN. Diversos estudios ya señalan que, en pacientes hospitalizados, existe un incremento de riesgo de ictus por Covid de entre un 1% y un 2% en el caso de ictus isquémicos y de un 4% en las trombosis venosas cerebrales, que si bien suelen ir asociados a la gravedad de la infección, tienen un peor pronóstico. De hecho, algunas investigaciones internacionales destacan que la mortalidad por ictus en personas con Covid alcanza el 59%.
El doctor Francisco Hernández Fernández, neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, explica que en su centro «el 1,4% de pacientes con COVID-19 ingresados desarrollaron ictus y con peor pronóstico ya que el 74% de los supervivientes desarrollaron discapacidad funcional. Y si bien la mortalidad no alcanzó al 59%, sí al 35% de nuestros pacientes, un porcentaje mucho más alto de lo que habitualmente manejamos». El 26% de los casos de ictus que se atendieron en este centro durante los primeros meses de la pandemia se produjeron en pacientes con coronavirus. En el Hospital de Bellvitge, los casos supusieron entre el 15 y el 20% de los totales.
No obstante, los dos síntomas neurológicos más importantes reportados en enfermos Covid «por su alta prevalencia» son la anosmia o pérdida de olfato y las cefaleas.
La Sociedad Española de Neurología señala que la pérdida de olfato se da en mayor medida en personas jóvenes, en mujeres y en aquellos con algún tipo de afección neurológica previa. En aquellos casos en los que la anosmia se prolonga más en el tiempo se cree que podría tratarse de un mecanismo de defensa del propio organismo para evitar que el SARS-CoV-2 invada el sistema nervioso central mediante la neurodegeneración producida por las neuronas sensitivas-olfativas.
Aunque la mayoría de los pacientes suelen recuperar el olfato entre la segunda y la octava semana, la SEN apunta a que en algunos casos esta recuperación podría llevar hasta tres años. «En el caso de la pérdida de olfato, aunque la gran mayoría de los pacientes se suelen recuperar antes de la octava semana, sabemos por virus semejantes que recuperarse de la anosmia puede alargarse hasta los tres años», explica el doctor Jesús Porta.
Y un dato curioso, si además de anosmia se desarrolla parosmia (distorsiones en el sentido del olfato, generalmente mal olor) también es síntoma de un buen pronóstico.
Respecto a la cefalea, se ha descrito un tipo de dolor de cabeza muy específico y asociado al virus de características opresivas, que empeora con la actividad y los movimientos de cabeza, que despierta por la noche a un 33% de los pacientes y que en ocasiones se acompaña de hipersensibilidad. Es por lo tanto una cefalea que se parece a la migraña, aunque los pacientes que ya la padecían, la identifican como un dolor de cabeza distinto. Se cree que los episodios de cefaleas pueden ser debidos a la tormenta de citoquinas (pequeñas proteínas cruciales para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del sistema inmunitario y las células sanguíneas) y que entre un 10 y un 20% de los pacientes Covid que desarrollaron esta sintomatología podrían desarrollar una cefalea crónica, es decir, dolor de cabeza más de 15 días al mes, aunque la SEN puntualiza que «aún se están analizando los factores que puede incidir para que se cronifique».
Los problemas cognitivos, la llamada 'niebla mental', se encuentra entre las secuelas neurológicas más frecuentes del coronavirus, una afección además muy habitual en personas con dolores crónicos o que padecen depresión o ansiedad. Los investigadores estudian ahora si los casos de 'niebla mental' en las personas infectadas por Covid se deben a una disfunción mitocondrial producida por el virus o que haber padecido la enfermedad haya acelerado procesos en personas que probablemente en un futuro hubieran desarrollado algún tipo de enfermedad neurodegenerativa.
Por otra parte los expertos señalan la posibilidad de que, en un futuro, muchos pacientes que han estado en la UCI o con síntomas graves de Covid tengan una reducción en la reserva neuronal que les causará problemas neurológicos de distinta sintomatología. «En todo caso, es altamente improbable que esto suponga una epidemia futura de enfermedades neurológicas», afirman desde la SEN.
Los casos de trombosis venosas cerebrales tras la inoculación de la vacuna contra el Covid, principalmente de las dosis de AstraZeneca, es uno de los aspectos que más preocupa a la población. Incluso han sido varios los países que han decidido paralizar la vacunación con esta profilaxis. Sin embargo, la Sociedad Española de Neurología señala que «la incidencia de trombosis venosa cerebral en relación con la vacuna (contra el coronavirus) es muy anecdótica». En este sentido, argumenta que no se ha necesitado modificar los flujos de trabajo en Neurología ni en los circuitos asistenciales en Urgencias, «aunque sí que hemos observado un leve incremento de consultas por cefalea -tanto en atención primaria como en hospitales- de personas vacunadas», comenta el doctor Pere Cardona.
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