La secuelas más importantes que sufren los pacientes que han superado el coronavirus son de tipo pulmonar, neuropsiquiátricas, hematológicas, renales y endocrinas, tal y como recoge el Ministerio de Sanidad. Algunos estudios apuntan también a un posible incremento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
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Ahora, ... una nueva investigación llevada a cabo en la Universidad de Michigan y que ha sido publicada por JAMA (Asociación Médica Americana, por sus siglas en inglés) ha puesto sobre la mesa una nueva secuela relacionada con el Covid-19: la oclusión venosa de la retina.
Un problema ocular que ha sido diagnosticado hasta en 65 pacientes, de los 432.515 que han analizado los expertos de la citada universidad. Según citan los propios autores, esta enfermedad se ha dado en personas con enfermedades de riesgo asociadas, como colesterol alto, diabetes, hipertensión o hiperlipidemia. Por otra parte, los autores explican que la mayoría de pacientes que padecieron oclusión venosa retiniana se produjeron pasados seis meses de haberse contagiado de coronavirus. Además, para certificar los resultados, los investigadores decidieron descartar a aquellos pacientes con antecedentes en esta patología.
La oclusión de la vena central de la retina es en la obstrucción de este vaso por un trombo y produce pérdida indolora de la visión, en mayor o menor medida. La disminución o la pérdida súbita de la agudeza visual es el síntoma más frecuente de esta enfermedad, cuyo desarrollo y grado de intensidad depende de varios factores, como por ejemplo, la presencia de isquemia o la extensión del coágulo. Además de la hipertensión arterial y la diabetes, las patologías que favorecen la formación de trombos pueden propiciar el desarrollo de esta enfermedad.
Por eso, aunque los hallazgos de este estudio sugieren que hubo un aumento en la incidencia de OVR después de la infección por Covid-19, «estos eventos siguen siendo raros y, en ausencia de controles aleatorios, no se puede establecer una relación de causa y efecto», según explica el propio estudio. Así pues, dejan claro que el aumento del riesgo de sufrir OVR podría estar asociado a eventos secundarios, como el empeoramiento del control de la presión arterial sistémica o la falta de actividad física.
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Además, es posible que los cambios vasculares observados por los investigadores después de la infección por Covid-19 «puedan reducir la reserva vascular de los pacientes con riesgo de oclusiones vasculares retinianas y predisponerlos a oclusiones vasculares retinianas agudas posteriores», apuntan.
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