El rechazo a la vacuna de casi la mitad de trabajadores de una residencia causa un brote con una anciana fallecida

Una anciana de edad muy avanzada ha muerto en la residencia Pla de Martís de Esponellà (Girona), que sufre un brote de coronavirus. Casi la mitad de los trabajadores del centro no estaban vacunados por decisión propia. Salud detectó en abril un brote en el centro que, a la postre, acabaría con la vida de la víctima. Sufría pluripatologías previas y sí estaba vacunada, aunque dio positivo junto a otras 21 personas: 16 residentes y 5 trabajadores. Salud informa que el resto de residentes son asintomáticos.

El alcalde de Esponellà, David Juan Garganta, ha defendido a la residencia: «Parece que será protagonista informativa, y me gustaría aprovechar para defender el gran trabajo de sus trabajadores durante más de un año y medio, sobre todo en las fases más duras de la pandemia, manteniendo a sus residentes seguros». La residencia Pla de Martís es uno de los tres centros catalanes con brotes descontrolados de coronavirus.

La decisión de los trabajadores no vacunados ha sido en este caso una opción con consecuencias funestas. Uno de ellos se contagió y metió el virus en la residencia Pla de Martís. Pero la vacunación no es obligatoria y a pesar que es un puesto de trabajo especialmente sensible, la decisión de no vacunarse estaría amparada legalmente. No se puede despedir, pero sí apelar a la responsabilidad individual. Además a la hora de nuevas contrataciones, la decisión sí la toman los centros. El 85% de los trabajadores de residencias está vacunado, en enero ellos fueron los primeros en recibir los pinchazos. La mortalidad en residencias se ha reducido prácticamente a cero pero en Girona se ha dado un cóctel explosivo.