Las medusas han hecho este año acto de presencia en las playas del litoral malagueño. De hecho se esperan unos días de agosto complicados para los bañistas debido a la alta concentración de estos invertebrados. Este viernes, tal y como señala el Aula del Mar, es «altamente probable» que las medusas vuelvan a la costa sobretodo teniendo en cuenta la alta concentración de ayer, que se mantiene el levante y que la marea estará subiendo la mayor parte del día. La Pelagia noctiluca será la especie de medusa predominante en las costas malagueñas, aunque en el sector de la Axarquía se espera que sigan apareciendo ejemplares de Rhizostoma luteum
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En este marco, es normal que los usuarios de las playas se preocupen por las picaduras de medusas. Los síntomas más habituales de las picaduras de medusa son, además de la picazón, marcas rojas, moradas o marrones en la piel, y marcas de los tentáculos. También pueden producir ardor, dolor punzante y hormigueo en la zona de la picadura o hinchazón de la zona afectada. Pese a atinar a reconocerlas no todos saben muy bien qué hacer (y qué no hacer) cuando esto ocurre. A continuación, resumimos con la información que arroja la aplicación Infomedusa, las reacciones, el nivel de toxicidad, los pasos a seguir ante una picadura y consejos para prevenirlas.
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Comenzamos con la prevención. Para evitar las medusas siempre se puede consultar sobre su posible presencia tanto a los servicios de socorrismo de la playa como en la misma aplicación Infomedusa. Si en una playa su presencia fuera habitual o nos encontráramos con una plaga de medusas, la aplicación también recomienda adquirir un protector solar con repelente para medusas, un producto que protege del sol y de estos invertebrados al mismo tiempo.
-En primer lugar, se debe salir del agua, lavar la herida con agua de mar y eliminar de la piel los restos de tentáculos (si son visibles) con un objeto plano, tipo tarjeta de crédito.
-Aplicar frío también ayuda. Podemos hacerlo mediante una bolsa de plástico o toalla con cubitos de hielo durante unos 15 minutos (en lapsos de 2 a 3 minutos de descanso). «De esta manera evitaremos que el veneno pase al riego sanguíneo», indica Infomedusa. La bolsa la usamos para que el agua del cubito no esté en contacto con la zona afectada.
-Aplicar una solución de bicarbonato en el caso de estar disponible.
-Lavar la herida con tintura de yodo o una crema antihistamínica para evitar infecciones. Cuidar la herida hasta que cicatrice.
-Tras la recuperación, «es recomendable evitar otra picadura a corto plazo, ya que el cuerpo ha quedado sensibilizado el veneno y la reacción ante una segunda picadura podría ser mayor».
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-Si los problemas persisten, es aconsejable consultar a un médico y acudir a un centro de salud.
-Nunca lavar la herida con agua dulce, «ya que podría romper los cnidocitos -células especiales que segregan una sustancia urticante- que no hayan actuado, empeorando aún más la herida».
-No rascarse ni frotarse la piel con toallas u otras prendas.
-No aplicar amoniaco.
-No aplicar alcohol.
-Evitar los vendajes de presión.
-No usar remedios caseros de diversa índole (como orina, por ejemplo, una creencia popular muy extendida).
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-Evitar usar vinagre al menos que sepamos con certeza que especie nos ha picado. «El vinagre es útil para contrarrestar los efectos de la picadura de especies como Carybdea marsupialis y Physalia physalis, pero es contra-indicativo para las especies más comunes», indica Infomedusa.
La gravedad de la picadura va a depender siempre del tamaño y el tipo de medusa. También influye la edad de la persona afectada ya que las peores reacciones se dan en niños y en personas mayores. También va a influir el tiempo que haya permanecido la medusa adherida al cuerpo y el tamaño de la zona donde se ha producido la picadura. Por otro lado, es importante resaltar que, aunque el animal esté muerto, su capacidad urticante persiste durante bastante tiempo.
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Estas picaduras «en raras ocasiones y según el tipo de medusa pueden ser mortales, lo más normal es que se provoque un enrojecimiento e irritación de la piel». Las picaduras graves de medusas peligrosas como puede ser la Carabela Portuguesa pueden afectar de diferente forma y esos efectos pueden aparecer de manera inmediata o aparecer con el tiempo (problemas cardíacos con riesgo de infarto, vómitos, náuseas, dolor de estómago, fuerte dolor de cabeza, aparición de sueño, desmayos y mareos o dificultades respiratorias, etc).
Por otro lado, en cuanto a la capacidad tóxica de una medusa, ésta depende de diferentes factores, entre ellos la especie. Existen cuatro categorías, según su nivel de toxicidad:
-Muy urticante: La picadura puede ocasionar lesiones de cierta gravedad. Se recomienda evitar todo contacto con esta medusa.
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-Urticante: Especie con capacidad urticante moderada, que podría ocasionar efectos importantes sobre las personas. Se recomienda evitar el contacto con esta medusa.
-Poco urticante: Especie con baja capacidad urticante, con poco o ningún efecto sobre las personas. «Se recomienda no tocarla porque podría ocasionar reacciones dérmicas post-contacto según la sensibilidad de la persona».
-No urticante: Especie que carece de células urticantes. Completamente inofensiva para las personas.
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