Luis Ayuso: «La soledad es la gran enfermedad de las sociedades avanzadas»

-¿Hay una nueva enfermedad que se llama soledad?

-La soledad es la gran enfermedad de las sociedades avanzadas. Los sociólogos del siglo XIX ya apuntaban a que las sociedades modernas, que son más libres, igualitarias, y tienen una mayor prosperidad económica, traerían consigo el riesgo de la soledad.

-El primer soneto de Miguel de Unamuno, escrito en 1910, lleva por título Soledad. No parece un fenómeno nuevo.

-El paradigma de un hombre cada vez más libre ha traído consigo la pérdida de las comunidades. La vida comunitaria te coaccionaba mucho tu independencia, pero, al mismo tiempo, hacía que estuvieras integrado en un grupo.

-Si la libertad nos lleva a la soledad, ¿no estamos ante un gran dilema?

-Esa es la contrapartida para ser una persona libre e independiente.

-¿Existen estadísticas para saber cuántas personas se sienten solas en España?

-La situación de los hogares es que hay cada vez más hogares unipersonales. El número medio de personas por hogar en 1960 era de 3,7 y en 2010 estaba en 2,4.

-A todo esto, ¿cómo definiría soledad exactamente? ¿Es lo mismo que aislamiento?

- La soledad es un sentimiento. Puede ser independiente de que vivamos con alguien o no. Es algo muy subjetivo. Depende mucho de las expectativas. Hay personas que quieren estar solas y están muy felices.

-¿Qué pasa si no es una soledad buscada?

-La soledad es de las peores cosas que le pueden pasar al hombre. El sentimiento de soledad es el peor castigo. En las cárceles, el mayor castigo es que te metan en la celda de aislamiento.

-¿Es un sentimiento que se puede entrenar para mitigar ese sufrimiento?

-Sí se puede entrenar. En la sociedad emocional a la que nos encaminamos se pueden tomar medidas. En Inglaterra se acaba de crear el Ministerio de la Soledad. Si sabemos que vamos hacia sociedades en las que la gente se va a sentir más sola, tendremos que prevenir desde los poderes públicos.

-Más allá diferencias subjetivas y culturales, ¿hay un marco general que dirige a las personas a la soledad?

-Los patrones de la propia sociedad. Los países nórdicos tienen una cultura de mucha menos sociabilidad que los países mediterráneos. Pongo como ejemplo el botellón. El suyo es estar solo en un cuarto y beberte una botella de vodka. En España, es beber pero también socializar.

-¿Cómo afecta una ruptura sentimental al sentimiento de soledad?

-Si no estamos entrenados bien de cabeza, es un proceso que puede hacerte sentir muy solo. Ya puedes estar rodeado de tus mejores amigos, que te vas a sentir muy solo.

-Da la impresión que la soledad es menos estigma social que antes.

-Con la soledad pasa un poco como con la soltería. Antes no estaba muy bien vista. Ahora, el tema de la soledad está mejor percibido. Sabemos las consecuencias que tiene que una persona viva sola. No solo a nivel mental sino también a nivel físico. La alimentación empeora. La propia higiene personal. Te dejas ir mucho más...

-¿Qué importancia tiene el hecho de envejecer?

-Mucha. ¿Cómo fueron socializadas las personas mayores? Vivían en familias extensas cuando eran niños y nunca se han proyectado viviendo solas de mayores. A lo mejor eso cambia en las nuevas generaciones porque vamos a estar más acostumbrados a la soledad.

-¿La soledad afecta también a los jóvenes?

-Claro. Los hermanos están en peligro de extinción. Las estructuras familiares se van acortando. Hay muchos jóvenes que se sienten muy solos.

-Parece algo contradictorio, a priori. La mayoría está en Facebook, Twitter e Instagram.

-Esa es la gran ambivalencia de nuestra sociedad.

-En las redes sociales todos viven una vida exitosa. ¿Esa presión no puede generar un sentimiento de soledad, al ver que la vida de uno no se corresponde a ese marco?

-Esa soledad está relacionada con otras características que tienen que ver con la sociedad de la imagen. Vamos hacia una sociedad del exhibicionismo, en la que no se quiere enseñar lo feo. Antiguamente, la gente se moría y paría en su casa. Desde niño, se conocía el ciclo de la vida.

-¿Cómo influye en la soledad la falta de un patrón fijo. Las vidas son cada vez más inestables.

-Las sociedades antiguas eran muy lineales. Sabías lo que te iba a ocurrir. La vida eran ritos de paso. Ahora nos movemos en ámbitos mucho más inseguros. No sé lo que me va a pasar. No sé por dónde tirar. Eso genera soledad.

-¿Carecer de un horizonte claro no es algo terrible?

-Claro. De ahí la importancia de la educación humanística. La formación en ciencias sociales. La formación que te digan cómo es el mundo y cómo enfrentarte a él, cuando ni los sociólogos sabemos como será en un futuro.

-¿Hemos dejado de ser tribu?

-En el concepto de tribu de la modernidad, sí. Es que la tribu ha cambiado. Ahora tenemos relaciones personales y relaciones digitales. Piensa en ese primo que vivía lejos con el que no tenías relación. Compañeros del colegio, vecinos, gente que vas conociendo a lo largo de la vida, que antes perdías de vista. La tribu cambia.

-¿Estamos programados para estar solos?

-No. Somos personas sociables. Necesitamos al otro como referencia, como expectativa, como forma de nuestro día a día. Aunque sea para pelearnos. Necesitamos una referencia estable. El castigo de quitarle ahora a los jóvenes el teléfono para que no se puedan relacionar con nadie va por ahí.

-¿Hacia dónde vamos?

-Yo no soy catastrofista. No creo que la gente vaya a ser más egoísta y ya no se relacione. Las tecnologías nos están cambiando el mundo. Quizá el regalo estrella de estas Navidades puede ser el aparato este que te habla cuando entras a casa y hace que te sientas menos solo.