Como siempre, traigo bichos de temporada y es que si alguien está de moda hoy es el virus respiratorio sincitial (VRS). El 80% de las urgencias en atención primaria y hospitales están relacionadas con la bronquiolitis, mientras la curva de contagios ya ... empieza a vaciar algunas escuelas infantiles Pero esperad, que os cuento qué es y cómo actúa este VRS.
¿Qué es la bronquiolitis?
La bronquiolitis tiene una definición muy académica: «Primer episodio de dificultad respiratoria en el menor de 24 meses». Esto querría decir que solo podríamos tener bronquiolitis una vez y que todo lo demás serían bronquitis.
En la práctica los pediatras reconocemos que estas bronquitis de vía pequeña en niños chiquititos tienen unas características propias en cuanto a su presentación, su auscultación y su tratamiento, es por eso que muchas veces seguimos llamando bornquiolitis a las bronquitis en el menor de 24 meses aunque ya haya sufrido varios episodios.
Guerras académicas a parte lo que va a ocurrir en una bronquiolitis es que se va a producir un engrosamiento de la mucosa de los bronquiolos, las vías pequeñas que conducen el aire en el interior de los pulmones, además se va a producir acúmulo de moco a estos niveles lo que va a llevar a una obstrucción de estas vías.
Pero, ¿qué lo produce?
Pues como casi todo en pediatría vamos a echarle la culpa a los virus. Muchos virus pueden causar esto pero existe una estrella indiscutible: el VRS (virus respiratorio sincitial).
¿Qué ocurre con el VRS?
Pues que es un virus estacional y, como tal, agrupa su actividad en épocas concretas: otoño e invierno principalmente.
Además tiene una peculiaridad y es que si entras en contacto con el VRS y tienes tu primera bronquiolitis queda una cierta predisposición en el bronquio a volver a inflamarse en futuros cuadros catarrales, por lo que cuando un niño debuta pronto con bronquiolitis no es raro que estos episodios se repitan a los largo de su primera infancia, especialmente hasta los 3-4 años de vida.
¿Cómo se transmite?
Lo hace a través de saliva de gente infectada. Y ojo, que el VRS o cualquier otro virus que a tu hijo va a provocarle una bronquiolitis, al de al lado puede originarle solo un catarro simple, lo que quiere decir que cualquier persona con síntomas catarrales es el enemigo.
Así que cuidado con los besos a vuestros bebés. Y aunque suene terrible y cueste más de una pelea en nuestra cultura, no deben besarse los bebés. Ni siquiera abuelos. Ni en las manos, ni en los pies. Sin saberlo podemos dejarle un precioso VRS y un gran problema a él y a sus papás.
¿Cuáles son sus síntomas?
En inicio el niño va a tener síntomas de catarro: empezaremos con moco, tos, irritabilidad y puede aparecer fiebre, o no hacerlo. En el contexto de este cuadro catarral, de repente va empezar a tener síntomas de dificultad respiratoria, esto ocurrirá cuando se instaure la inflamación de la vía aérea que ya hemos comentado.
El bebé empieza a respirar agitado (como si hubiese corrido) y lo hace de forma mantenida, no es una racha mientras come o cuando se enfada, lo hace todo el tiempo e incluso estando tranquilo. Puede aparecer un quejido en el niño más pequeño y tiraje; el bebé intenta compensar ese cierre de la vía aumentando la frecuencia respiratoria y tirando con toda la musculatura: se notan mas las costillas, se hunde el hueco entre las clavículas y aletea con la nariz.
Además, en estas condiciones la succión en muy complicada. Imagina que estás con dificultad respiratoria y te pido que comas todo a través de una pajita: complicado, ¿verdad?. Pues piensa que eso es lo que tiene que hacer un bebé que lacta al pecho o al biberón. Por eso es importante que estemos atentos a las tomas, si el bebé empieza a rechazar tomas o cae la ingesta mucho es un motivo de alarma.
Estos son los signos que debemos saber identificar para no perdernos lo que esta sucediendo y los que nos llevarán a consulta.
La fiebre
Que haya no implica que exista una mayor gravedad del cuadro. Puedo tener una fiebre muy alta y no tener un cierre bronquial y puedo no tener fiebre y sin embargo tener una bronquiolitis grave. Por ello la frase de «No le ha dado fiebre así que no es bronquiolitis» no tiene ningún sentido. El virus que origina la bronquiolitis puede causarnos fiebre o no.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico, es decir: basta una buena historia de lo que sucede y una exploración del bebé -hay que auscultarle- para establecer el diagnóstico de bronquiolitis.
En la auscultación vamos a apreciar sibilantes (los famosos pitos) que no tienen por qué escucharse sin fonendo (de hecho será raro que puedan ser percibidos sin él), y también crepitantes (un ruido parecido a pisar nieve).
Puede que en determinados casos, sobretodo en época epidémica, además nos hagan un test rápido de VRS para echarle la culpa o no a este virus, pero esto no cambia el diagnóstico ni el tratamiento: es algo que hacemos a efectos de clasificar a los pacientes y aislarlos en caso de ingreso.
Asimismo podrían indicar alguna prueba más en casos en los que se sospeche una sobreinfección.
¿Cuál es el tratamiento de la bronquiolitis?
Pues esto es lo peor, no existe un tratamiento bueno para la bronquiolitis. De hecho los últimos consensos solo reconocen la utilidad de los lavados nasales y el oxígeno en los casos en que sea necesario.
En casa lavaremos la nariz, incorporaremos al bebé cuando este tumbado unos 30º, fraccionaremos las tomas (damos más frecuentemente y en menor cantidad) y evitaremos la exposición a humo de tabaco (esto debería suceder siempre). Nada más.
En niños mayores de 4-5 meses ensayaremos tratamiento con salbutamol (Ventolín, entre otros), que es un broncodilatador, es decir una medicación que provocará una apertura del bronquio. ¿Y por que no lo hacemos en los más pequeños? Pues no lo hacemos habitualmente porque los menores de 6 meses van a responder poco o nada al salbutamol. Por ello la prevención es tan importante en esta patología
¿Hay vacuna de la bronquiolitis?
Existe una vacuna que esta en desarrollo frente al VRS y contamos desde hace años con un anticuerpo monoclonal que se administra a pacientes de riesgo, como grandes prematuros.
¿A quién ingreso?
• Bebé menor de mes y medio, siempre. Ojo con los menores de 3 meses que se vigilan muy de cerca
• Especial atención en menores de 2 años con patología de base.
• Cuidado en grandes prematuros.
• Niños con dificultad respiratoria muy intensa, baja saturación de oxígeno, mal estado general, rechazo de tomas...
¿Cuánto dura una bronquiolitis?
Primero aparecerán los síntomas catarrales 2 ó 3 días antes de que se haga patente la difultad respiratoria. Posteriormente, esa dificultad respiratoria irá en incremento hasta alcanzar un pico máximo en 5 ó 7 días y desde ahí los síntomas irán remitiendo. Un 50% se habían resuelto antes de 13 días y un 90% tres semanas después del incio.
¿Cómo prevenimos el VRS?
Es evidente que de una enfermedad que no tiene un buen tratamiento lo mejor es no contagiarse, así que atentos a estas medidas:
• Lavados frecuentes de manos.
• Evita visitas en recién nacidos y lactantes menores de mes y medio.
• Nunca visitas que acudan a ver al bebé estando enfermos. Esto pasa.
• Evitar besos a los bebés.
• Usar mascarilla si los cogemos estando resfriados.
Que no 'panda el cúnico'. Cuídate de visitas multitudinarias a tu bebé, evita que pase de brazo en brazo y, sobretodo, que lo besen. Mantén aireadas las habitaciones y, si se acatarra, atento a los signos de alarma que hemos comentado. Si aparecen, consulta en tu pediatra o en urgencias si no fuese posible acudir a consulta.
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