La obesidad, una bomba de relojería en pacientes con Covid-19

Los científicos y el Covid-19 aún se están conociendo. Queda camino por delante hasta hallar una vacuna que desenmascare por completo a este virus, pero en cada estudio, en cada observación o en cada ensayo clínico los investigadores descubren algo nuevo sobre su comportamiento. Y ese conocimiento los pone en alerta y les permite tomar medidas encaminadas a contrarrestar su impacto en los pacientes.

La obesidad está en el punto de mira, porque no es un problema estético. Es una enfermedad en sí misma y estudios recientes han constatado que es una bomba de relojería en pacientes afectados por Covid-19. «Hay varios artículos que ven ya con claridad que los sujetos con obesidad tienen más riesgo de morir y de necesitar cuidados intensivos, más aún en aquellos que sufren obesidad mórbida. Hay una correlación directa: a más obesidad, más riesgos para el paciente de coronavirus», explica a este periódico Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

Los datos que arroja el estudio 'High prevalence of obesity in severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 requering invasive mechanical ventilation', recogido en la revista científica 'Obesity' el pasado 9 de abril, son preocupantes, ya que las personas con obesidad mórbida multiplican por dos el riesgo de sufrir complicaciones y precisar ventilación mecánica. Mientras el riesgo de requerir respiración artificial es del 47% en pacientes delgados y del 60%, en obesos, en el caso de personas con obesidad mórbida las posibilidades se elevan al 86%, según ese estudio.

Distintas sociedades científicas están empezando a hacerse eco de ese dato. «Igual que a mayor edad hay más probabilidad de complicaciones, ahora ya empieza a constatarse eso mismo en las personas obesas», declara Tinahones.

La obesidad va asociada en muchas ocasiones a la diabetes y la hipertensión. «Pacientes con estas patologías también tienen más riesgo de que se les complique su evolución en cualquier infección viral. Ambas patologías son factores de riesgo en sí mismas, lo que ocurre es que es rarísimo ver una diabetes tipo 2 en un paciente que no sea obeso», aclara este endocrinólogo.

El también director científico del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) asegura que al margen de eso, la obesidad en sí misma es un factor de riesgo añadido, porque las personas que la padecen, sobre todo si es una obesidad abdominal, sufren una disminución de su capacidad pulmonar y su ventilación. «Ya sabíamos con la gripe que las personas con obesidad también tenían más riesgo de morir y de pasar a una unidad de cuidados intensivos», apunta.

A esto se suma, asegura Tinahones, que la obesidad genera un estado inflamatorio crónico que de alguna forma facilita esa hiperinflamación que ocurre con la infección por Covid 19. «La evolución de muchos pacientes obesos empeora y no es por la propia infección del coronavirus, sino por la respuesta que da su organismo a esa infección, con una exagerada reacción inflamatoria que provoca que su capacidad pulmonar disminuya y dificulte la ventilación del pulmón», explica.

Por último, afirma, se investiga que el tejido adiposo pueda estar sirviendo de reservorio, «porque tiene ese receptor a través del cual el virus penetra en la célula y se está especulando con que de alguna forma un exceso de tejido adiposo pudiera facilitar la propagación del virus», expone.

Muchos de los casos descritos, según Tinahones, son fallecimientos ocurridos en población joven con obesidad mórbida y ha aludido al fenómeno observado en EE UU. «Cuando se compara la tasa de mortalidad de Nueva York y Nueva Orleans, se observa que en esta última es mucho mayor y hay quien argumenta que puede ser por las elevadas tasas de obesidad que se registran en este último estado. No hay un estudio detrás, pero sí hay muchos médicos y profesionales que están viviendo de cerca la pandemia que tienen la percepción de que muchos de los sujetos jóvenes que empeoran gravemente hasta necesitar ventilación mecánica o morir radica en la obesidad».

No solo en EE UU, Tinahones desliza que hay «impresiones subjetivas» sobre que la mayor mortalidad que pueda haber en España e Italia, en comparación con China o Corea, es porque hay unas tasas mayores de obesidad.