BF.7, el nuevo sublinaje de Ómicron que hace peligrar el final de la emergencia mundial por Covid

«La pregunta es si se puede llamar pospandemia cuando una parte tan importante del mundo está entrando en su segunda ola», ha afirmado en referencia a China la viróloga Marion Koopmans, integrante de un comité de la OMS, en declaraciones al periódico 'The Guardian'.

En el país asiático, la situación es caótica con hospitales llenos, farmacias vacías y crematorios desbordados. Los contagios han aumentado de manera considerable después de que el gobierno acabara con su política de confinamientos, cuarentenas y pruebas masivas ante la exasperación de la población y el impacto sobre la economía.

Los expertos achacan esta nueva ola de contagios en China a un sublinaje de la variante Ómicron BA.5, al que se ha dado en llamar BF.7 (abreviatura de BA.5.2.1.7). Según los informes que llegan de China, este sublinaje tiene una mayor capacidad de infección que otras subvariantes de Ómicron, se transmite con mayor rapidez, tiene un período de incubación más corto y una mayor capacidad para infectar a personas que ya han padecido la enfermedad o están vacunadas. Según una publicación de la CBS, se estima que una persona infectada con BF.7 puede transmitir el virus a un promedio de 10 a 18,6 personas más, cuando el promedio de Ómicron es de 5.08.

En cuanto a los síntomas, son similares a las identificados con otras subvariantes de Ómicron: fiebre, tos, dolor de garganta, secreción nasal, fatiga o malestar, dolor de cabeza y dolor muscular. La sintomatología se asemeja más a un resfriado común o una gripe, mientras que los casos más graves pueden llevar igualmente a sensación de ahogo y neumonía.

Al igual que otras subvariantes de Ómicron, la BF.7 parece escapar con mayor facilidad a la inmunidad generada por las vacunas o por infecciones previas, aunque su incidencia fuera de China está por el momento controlada. Se han registrado casos en la India, Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Alemania, Francia o Dinamarca, aunque lejos del impacto que ha ocasionado en el país asiático. Algunos expertos achacan esta virulencia en China al bajo nivel de inmunidad de su población. A finales de noviembre de 2022, el 86% de las personas mayores de 60 años habían recibido la vacunación completa, mientras que solo el 65% de las personas mayores de 80 años la habían completado y unos 25 millones de personas mayores de 60 años aún no han recibido la vacuna.