Miastenia gravis y ocular: nuevos efectos secundarios de unos conocidos medicamentos contra el colesterol

La familia de las estatinas incluye siete principios activos: atorvastatina, simvastatina, rosuvastatina, pitavastatina, pravastatina, fluvastatina, lovastatina, como apuntan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Aunque no son los únicos fármacos que se usan contra el colesterol, sí son los medicamentos de administración oral más eficaces para disminuir los niveles de LDL-colesterol. Están especialmente recomendados en el tratamiento farmacológico de elección para bajar los niveles de colesterol en pacientes con un elevado riesgo cardiovascular, es decir personas con una alta probabilidad de sufrir un evento cardiovascular en los próximos 10 año, y también en pacientes que ya han sufrido uno de estos eventos y tienen, lo que se denomina, enfermedad cardiovascular establecida.

Los efectos adversos más frecuentes de las estatinas son la elevación de las enzimas hepáticas (transaminasas) sin relevancia clínica en la mayoría de los casos, alteraciones gastrointestinales (dolor abdominal, estreñimiento, náuseas, diarrea, etc.) y daño muscular.

Sin embargo, el pasado 6 de febrero, tras revisar toda la evidencia disponible, la EMA añadía dos nuevas reacciones adversas relacionadas con estos medicamentos y recomendaba a las compañías comercializadoras que los incluyeran en los prospectos. En concreto, los dos nuevos efectos secundarios son la miastenia gravis y la miastenia ocular.

La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune caracterizada por debilidad muscular generalizada causada por una ruptura en la comunicación normal entre los nervios y los músculos. Entre sus síntomas se encuentran, debilidad de los músculos de los brazos o las piernas, visión doble, párpados caídos, cambio en las expresiones faciales, incluso dificultades para hablar, masticar, tragar o respirar. Los síntomas generalmente mejoran con el descanso.

En cuanto a la miastenia ocular, es una forma localizada de miastenia (debilidad o fatiga muscular) que afecta de forma concreta a los músculos de los ojos (músculos extraoculares, el elevador del párpado superior y el orbicular de los ojos). Los síntomas más habituales de la miastenia ocular son caída de los párpados, que puede afectar a un ojo o a ambos, y visión doble que tiende a manifestarse como horizontal o vertical, y que suele mejorar cuando se cierra uno de los ojos afectados.