Esther del Moral: «La masturbación en pareja es una de las cosas más satisfactorias»

–Vivimos en una sociedad en la que las personas aspiran a la mejora y optimización en todos los ámbitos. Con nuestro peso, en el trabajo, en los estudios… en todos los lados. ¿También deberíamos hacerlo con el sexo?

–Tener salud sexual no solo es un derecho, es algo que nos da calidad de vida. Pero no nos lo podemos plantear como un rendimiento físico. El sexo y la exigencia no se llevan bien. En el momento en el que te lo planteas como algo que tengo que conseguir, entonces empezamos a funcionar regular.

–¿Estamos acostumbrados a hablar de sexo?

–Está siempre ahí, ¿no? En la calle, en la gente, en la televisión, en la publicidad… Pero, al final, es una manera de hablar de sexo muy superficial. Cuando nos paramos y hablamos del sexo de otra manera, nos encontramos con un gran vacío.

–¿Qué define tener buen sexo? ¿O, en realidad, deberíamos no querer una definición concreta porque para gustos hay colores?

–Es muy importante sentirte satisfecho. Luego, hay una parte importante en la sexualidad que es la curiosidad. Si tú te permites curiosear y vivir aquello que te llama la atención, con respeto a ti y a la otra persona, por ahí vamos bien.

–Curiosear implica expresar ciertos deseos. ¿Nos falla la comunicación?

–La comunicación en la sexualidad es fundamental. Si yo estoy con una pareja y tengo ganas de probar cosas, pero no las planteo, pues siempre me voy a quedar atrás. Y si lo hago de una manera invasiva, puedo hacer sentir mal a la otra persona. Es importante caminar juntos.

–¿Lo heteronormativo sigue impregnando el imaginario colectivo de lo que debe ser el sexo?

–Creo que nos estamos empezando a abrir y a vivir las relaciones sexuales de otra manera. Pero sigue habiendo parejas que viven el sexo de una manera muy tradicional. No tiene que ser automáticamente algo negativo. Como te decía antes, si yo estoy satisfecha y me siento segura, puedo vivir el sexo a mi manera. Pero sin estructuras rígidas. Cuesta romper moldes, pero creo que hay más flexibilidad ahora.

–Muchas parejas experimentan como aminora el sexo y también la importancia que le dan con el tiempo. ¿Debería ser un motivo de preocupación?

–Es normal que la explosión de deseo y de intensidad de los primeros meses disminuya. No puedo pretender que mi pareja funcione de la misma manera a nivel sexual. Hay una parte que cambia. Baja la intensidad, pero se gana en otras cosas. La pasión en el sexo está sobrevalorada.

–¿Qué es una pareja tumbada en la cama, desnuda, que se mira cara a cara?

–Debería ser confianza. Sentimiento de seguridad. En el momento en el que yo eso no lo percibo como un entorno de seguridad está fallando algo. También hay personas que son más pudorosas, pues hay que ir viéndolo. Pero en el espacio de pareja tenemos que aprender a desnudarnos. En todos los sentidos.

–¿El sexo siempre está relacionado con la excitación o debe ser algo más?

–Debe ser algo más. Evidentemente, no nos vamos a ir todo el rato al ámbito de la pareja establecida. Tú puedes tener una etapa de tu vida en la que vivas el sexo con encuentros apasionados, con distintas personas. Es tu manera de vivir la sexualidad en ese momento. Pero en una relación sexual se viven otras muchas cosas, además de la excitación. Es un momento de intimidad, de comunicación, de expresar emociones.

–¿Cómo un diálogo sin palabras?

–Sí. Cuando una pareja se conoce bien, durante el sexo se está comunicado todo el rato a nivel corporal.

–¿Cuál es la fórmula para mantener una relación sexual satisfactoria con tu pareja a lo largo plazo?

–La base es mantener la relación de pareja viva. Y dentro de la relación de pareja, la relación sexual es una parte más. A veces, caemos en la monotonía. Nos centramos en las obligaciones, en los horarios del día a día y no creamos un espacio para seguir compartiendo con mi pareja. La admiración es otro elemento muy importante en la relación de pareja. Es una emoción que genera un vínculo muy sano y que produce una conexión muy fuerte.

–¿Y cuál es el principal generador de la plenitud sexual?

–Hay muchos condicionantes y son muy personales. Pero vuelvo a la importancia de mantener viva la relación de pareja. Tener integrada la idea de seguir creciendo juntos.

–¿Nos falta valentía para satisfacer el propio deseo?

–A veces, sí. Estamos en una sociedad en la que se habla mucho de sexo, pero cuando personalizamos, cuesta mucho trabajo. Necesitamos un poco de valentía para expresar nuestros deseos.

–Si quiero trabajar mi vida sexual, ¿por dónde debe ir la exploración? Quizá, ¿empezar por uno mismo?

–Claro. Tienes que conocer tus deseos. Si tú estás perdido en quién eres, en lo que deseas, en lo que te gusta… eso hace que te relaciones de una manera muy distorsionada.

–¿Qué peso le otorga a la masturbación en nuestra sexualidad?

–Uno muy importante. Y no solo en solitario. La masturbación en pareja es una de las cosas más satisfactorias a nivel sexual. En las relaciones en pareja es muy importante para mantener el deseo y la excitación. El poder disfrutar de mi pareja sin llegar a la penetración es fundamental. Es una prueba de que hay mucha confianza entre nosotros. Y a nivel cognitivo, el ver como se masturba tu pareja te crea una imagen que sirve luego para alimentarte visualmente. Esa imagen es un potenciador del deseo muy importante.

–¿Qué importancia tiene el beso?

–Mucha. De hecho, en el momento en el que sientes que no tienes esa conexión con tu pareja es que algo está cambiando.

–¿Nos estrellamos contra nuestras expectativas?

–La exigencia y el sexo se llevan muy mal. Si nos tomamos el sexo como rendimiento, puedo ocurrir que nos estrellemos contra nuestras expectativas, claro. Con exigencia, el hombre va a perder la erección.

–¿Cómo se marca la eyaculación precoz?

–A nivel clínico, es menos de un minuto. Pero la gente que viene por este problema no suele ir más allá de los diez segundos. Pero, sobre todo, tiene que ver con la sensación interna de no poder regular la excitación.

–Si cada generación también tiene su propia educación sexual, ¿cuál es la de la actual generación?

–Tenemos un problema con el uso de la pornografía. El acceso a la pornografía está empezando entre los ocho y diez años. Y eso implica una la adquisición de unas ideas sobre la sexualidad que no son ciertas. Eso provoca muchos problemas porque provoca malos aprendizajes sobre lo que es la intimidad. Por eso es importante que haya una educación sexual y una información coherente.

–¿Esa educación sexual debería estar en las aulas?

–Sí. La sexualidad es algo que nos acompaña desde que nacemos, prácticamente. La educación sexual tiene que estar en el entorno familiar pero también en los colegios, por supuesto que sí. A distintos niveles, adaptada a la edad y la madurez que tiene el niño.

–Recomiende algo de lectura erótica para este verano, por favor.

–El último libro de lectura erótica que me ha gustado mucho es el de 'Zorras', de Noemí Casquet.